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OPINIÓN - DOMINGO, 27 DE ABRIL DE 2014

 
OPINIÓN

Miscelánea semanal

Por Manuel de la Torre


LUNES 21.

La llegada de José Mourinho a España al frente del Chelsea ha vuelto a poner de los nervios a ese grupo de periodistas cuya animadversión hacia el portugués ha adquirido visos de enfermedad crónica. Oigo en una radio que el regreso del innombrable a Madrid será motivo de jolgorio para el Atlético. El comentarista que así se expresa da por hecha la victoria del equipo colchonero aunque bien pronto comienzan a entrarle las dudas cuando alguien le recuerda que el innombrable es Mourinho. Entonces, el comentarista va y dice: “Hombre, hay que reconocer que el portugués es muy buen entrenador”. Hay que reconocer, es decir, el periodista tiene que hacer un esfuerzo, muy a su pesar, para conceder una virtud al aludido. Inmediatamente, eso sí, deja caer lo que sigue: “Pero no me negaréis que como persona deja mucho que desear”. He aquí el retrato de la envidia española. La alabanza no irá completa jamás, llevará detrás siempre como un lastre. Rápidamente me acuerdo de “El Español y los siete pecados capitales” de Fernando Díaz- Plaja.

Martes. 22

En el Atlético de Madrid todos sus jugadores cumplen misiones concretas, adaptadas a las cualidades de cada uno, con el fin de que todas ellas se pongan al servicio del bien general. En suma: Diego Simeone ha conseguido un conjunto homogéneo y en el cual improvisa quien sabe y siempre que lo innovado sea de provecho. El atlético practica un fútbol fuerte, donde los marcajes estrechos, las ganas y las ilusiones de todos sus componentes hacen posible que en ocasiones los contrarios se arruguen. No necesita, pues, el equipo colchonero muchas exquisiteces para obtener la victoria ante equipos encopetados. Incluso sufre mucho más ante los adversarios considerados inferiores. En realidad, lo que les ha inculcado el entrenador rojiblanco a los suyos es que si se sacrifican como los jugadores limitados técnicamente y encima hacen lo que mejor saben hacer, pueden ganarle a cualquiera. Y a los hechos me remito. Del Pupas no queda ya nada. Basta con mirar los resultados y los logros conseguidos y los que puede conseguir. Hoy, Mourinho, con su planteamiento, no ha hecho sino contrarrestar las armas de su rival. Y además lo ha conseguido incluso soportando grandes dosis de mala suerte: lesión de Peter Cech y de Terry, en tiempos cruciales del partido. Sin contar con las bajas que ya traía: Ivanovic Eto’o y Hazard: una de las grandes revelaciones del fútbol mundial actual. Sin embargo, los cronistas españoles, tan listos ellos, cuando los atléticos juegan todos pegados a Courtois y aprovechan los despejes orientados para que Diego Costa haga su trabajo, espléndido, claro que sí, no se cansan de alabar las ideas de su entrenador. En cambio, lo de Mourinho es denigrante. Así que se les ve el plumero. Y es que no acaban de entender que ya es un mérito hacer que corran y se sacrifiquen en labores oscuras cuatro o cinco brasileños que, hasta hace poco, jugaban andando. Ah, sin espacios por delante, Diego Costa ha de aprender a desenvolverse.

Miércoles. 23

Yo he visto varias veces jugar al Bayern en el Santiago Bernabéu. La última fue en la temporada 2006-2007, siendo Fabio Capello entrenador. Aquel equipo muniqués era muy distinto al actual y por supuesto peor que el compuesto por futbolistas como Müller, Breitner, Beckenbauer y compañía. Pero mucho más aguerrido y peligroso que el actual. El Madrid ganó por 3-2 con goles de Raúl y Van Nistelrooy. Lucio y Van Bommel lograron los tantos visitantes. En el partido de vuelta la victoria fue para los muniqueses por 2-1. El Madrid quedó eliminado por el valor doble de los goles fuera de casa. Aquella noche, Lucio remató un balón procedente de un saque de esquina en el área chica que defendía Casillas. A partir de ese momento, cada vez que los visitantes buscaban el juego por alto, el público se tapaba la cara. Hoy el equipo entrenado por Guardiola ha tirado una vez a gol, por medio de Götze y ha servido para que los partidarios del mostoleño hablen de la parada del siglo. Lo malo del asunto es que las imágenes demuestran que no deja de ser una intervención al alcance de cualquier guardameta. Y de las que vemos muchas todos los fines de semana. Pero no cuentan que regaló hasta diez veces el balón en los saques de puerta. Con lo que ello significa. Al grano: Sergio Ramos sigue sin entender que los cambios de orientación no son por sistemas y que los suyos, salvo aciertos aislados, siempre terminan dañando a su equipo. A los cuatro minutos la pifió y los rivales mantuvieron la posesión del balón la tira de tiempo y hasta consiguieron dos saques de esquina. Tener el balón no significa nada. Sobre todo si no se tira a puerta. No me extraña que Beckenbauer siga dándole la tabarra a Guardiola. Por cierto, el entrenador catalán gana en cursilería cada minuto que pasa. Me gustó el Madrid porque Xabi Alonso mejoró actuaciones pasadas y Benzema puso a prueba la endeblez de los defensores rojos. Superior Coentrao, aprovechándose de las meteduras de pata de Rafinha. Isco hizo lo que pudo. Que fue bien poco. El Madrid no lo tendrá fácil en Alemania. Aunque los madridistas nos acogeremos a la velocidad de nuestros delanteros y a que Guardiola, tan exquisito él, renunciara al juego por alto. Lo cual será peor para él y mejor para nosotros. Y para Casillas y los miembros de su secta periodística. La pena, eso sí, fue que el Madrid perdonó en dos ocasiones.

Jueves. 24

El presidente de la Confederación de Empresarios de Ceuta, Rafael Montero Ávalos, dice que no comprende que el tiempo siga pasando y que el Gobierno local y el de la nación sigan haciéndose los distraídos en lo tocante a darle vida al contrato de interés público con la línea naviera que acabó cumpliendo con lo anunciado en su momento: no sólo me llevo el barco Passió per Formentera sino que, además, no habrá servicio a las seis de la mañana. Con lo cual deja a los ciudadanos de Ceuta aislados de enlaces con la Península y a los empresarios sumidos en un mar de confusiones ante las complicaciones que tamaña decisión les crea. No obstante, el presidente de CEC nos pone al tanto de que los gobernantes melillenses cumplieron con sus obligaciones y allí no existe problema alguno al respecto. Yo entiendo también a Montero Ávalos cuando se refiere a que Baleária es una empresa privada y, por tanto, lo que trata es de ganar dinero. Y, sobre todo, de no perderlo. Le ha faltado decirnos al presidente, y yo comprendo su prudencia, que son tantas las mordidas que existen en estos asuntos como para que la naviera haya dicho hasta aquí hemos llegado.

Viernes. 25

Mohamed Alí, durante su intervención en el Debate del Estado de la Ciudad, dejó entrever en algunos momentos que estaba deseando acercarse al asiento de nuestro alcalde para darle el abrazo de la fraternidad y susurrarle al oído que él jamás atentaría contra lo que dispusiera quien más manda en esta tierra. La exposición del segundo manda de Caballas puso al descubierto que el pacto de su partido con Juan Vivas es un hecho tan cierto como la tirria que le tiene al Delegado del Gobierno. Este párrafo fue publicado por mí en la contraportada de este viernes. Pues bien, me llama el conocido de turno para decirme que ya nadie duda de ese pacto entre Caballas y nuestro alcalde que yo saqué a relucir hace la tira de tiempo. Y que fue tachado de absurdo por los paniaguados de la cosa. El pacto, además, da cabida a otra persona: un empresario local que está dispuesto en todo momento a darle cobijo a cuanto le pida su amigo del alma: Juan Luis Aróstegui. Basándose el empresario en lo siguiente: “A mí, cada vez que he necesitado aliarme con Aróstegui, éste nunca me ha fallado”. Quien escribe sabe lo que dice.

Sábado. 26

Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que los hombres refunfuñaban constantemente a propósito de su trabajo. ¡Casi tanto como las mujeres a propósito de los hombres! Sus recriminaciones se dirigían tanto a la naturaleza de lo que hacían como a los horarios, a los compañeros, a los salarios, a los jefes que tenían que soportar, a los colegas y a todo lo habido y por haber. Los pertenecientes a grandes empresas se quejaban de sentirse ahogados, asfixiados en las pequeñas, y en las suyas apenas hallaban el menor resquicio de tranquilidad ni mucho menos de disfrute. En fin, que hablarles del trabajo a esos hombres suponía recordarles que estaban sometidos a un castigo bíblico. En cambio, desde hace ya varios años, los hombres que tienen un empleo se echan abajo de la cama cada mañana con diligencia y dispuestos a comerse el mundo. Porque están convencidos de que tener un trabajo es lo mejor que les ha podido pasar. Y se les nota a la legua la seguridad que les aporta su situación laboral. Todo lo contrario sucede con los parados. Porque, más allá de la inquietud material, el hombre privado de trabajo experimenta una angustia existencial. Y culpa de su situación a todo lo que se le pone por delante. Por consiguiente, bien harían los políticos en no referirse a este problema como si fuera un mal menor. ¡Cuidado, pues, con los parados! Que cualquier día son capaces de armar la tremolina.
 

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