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OPINIÓN - LUNES, 12 DE MAYO DE 2014

 

OPINIÓN / EL OASIS

Gran temporada del Ceuta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Fue durante el verano de 2012, entre junio y julio, cuando el primer equipo de fútbol de la ciudad perdió la categoría –Segunda División B- por no haber podido saldar su deuda con la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). El descenso de la Asociación Deportiva Ceuta había sido anunciado a bombo y platillo mucho antes por quienes deseaban a todo trance la desaparición del club. Sujetos que sabían de buena tinta que la decisión estaba ya tomada por parte de la única persona que hubiera podido evitar lo que sí evitó Juan José Imbroda en Melilla.

Juan Vivas no había escatimado ayuda alguna a la ADC mientras estuvo dirigida por directivos seleccionados por su asesor futbolístico y turístico: Antonio García Gaona. Gestión que acabó como el rosario de la aurora. Y que propició, en cierto modo, la llegada de José Antonio Muñoz a la presidencia. Con el beneplácito de cantidad de socios y aficionados.

La llegada de la nueva directiva fue admitida a regañadientes por nuestro alcalde y, por supuesto, por cuantos habían estado haciendo y deshaciendo en la entidad. Sobre todo, y conviene decirlo cuanto antes, por miedo a que el presidente del club accediera a los libros de contabilidad y a los pagos correspondientes a los organismos públicos. Así que se imponía acabar con la entidad deportiva cuanto antes.

Ese cuanto antes se presentó con la crisis económica. La cual propiciaba poder decirles a los ciudadanos que las subvenciones al primer club iban a ser suprimidas. Situación que fue aprovechada por nuestro alcalde para halagar los oídos de quienes despotricaban contra el fútbol. Actuación demagógica que mantuvo todo el tiempo que creyó necesaria. Hasta que se consumó el desastre.

Desastre futbolístico que había sido solicitado por Caballas, en no pocas ocasiones. Y que vino a reforzar aún más el interés que ya tenía nuestro alcalde por darse semejante gusto. Era algo que ansiaba hacer y, llegado el instante, lo llevó a cabo con sumo gusto. Deleitándose, además, mediante la certeza de haber jodido a alguien a quien llevaba mucho tiempo tratando por todos los medios de sacar de sus casillas.

El descenso administrativo y la desaparición del primer equipo de la ciudad fue cosa de coser y cantar. Aunque es bien cierto que cuantos aunaron voluntades para dejar a Ceuta sin fútbol profesional, no cayeron en la cuenta de que hay personas que se crecen ante el castigo. Y, cuando quisieron reaccionar, ya había otro equipo dispuesto a competir para recuperar la categoría perdida con malas artes. Ese equipo, que ayer no pudo ganar para ser segundo en la clasificación, ha terminado ocupando plaza como cuarto. La que también está premiada con disputar partidos de ascenso a la categoría que nunca se debió perder en 2012.

Premio logrado gracias a la voluntad y a los conocimientos de dos o tres personas que aman el fútbol por encima de componendas políticas o de aversiones personales. Premio que viene a compensar las muchas dificultades sorteadas y obstáculos salvados por quienes sabían de antemano que no habría recompensa alguna. Y premio a una plantilla modesta, compuesta por una mezcla de jugadores jóvenes y veteranos, que ha sabido adaptarse a las precariedades de un club dirigido extraordinariamente por Asián y Ávalos. Sí se puede…
 

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