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					El 17 de mayo se conmemora en todo el mundo el Día 
					Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, 
					recordando que en tal fecha de 1990 la Asamblea General de 
					la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó 
					definitivamente la homosexualidad de la lista de 
					enfermedades mentales. Desde entonces, cada 17 de mayo se 
					convierte en una buena oportunidad para hacer balance de los 
					avances conseguidos, y de los que quedan por conseguir, en 
					el camino hacia la igualdad plena de gays, lesbianas, 
					bisexuales, transexuales e intersexuales, y para reivindicar 
					que la misma Organización elimine definitivamente de la 
					lista de trastornos mentales la transexualidad.  
					 
					La dignidad, igualdad de trato e igualdad ante la ley por 
					encima de cualquier condición es un derecho fundamental y 
					universal reconocido por la Declaración Universal de los 
					Derechos Humanos. Sin embargo, constatamos que aún hoy día, 
					el 40 por ciento de los Estados miembros de la ONU todavía 
					criminaliza de un modo u otro los actos sexuales entre 
					personas del mismo sexo. Según la Asociación Internacional 
					de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transexuales y personas de 
					Intersexo (ILGA), en 76 países del mundo ser homosexual es 
					ilegal y en siete se castiga con pena de muerte (Mauritania, 
					Sudán, algunos Estados del norte de Nigeria, el sur de 
					Somalia, Irán, Arabia Saudí y Yemen).  
					 
					Aunque en Europa y occidente, en general, la situación no es 
					equiparable, en el mejor de los casos queda todavía mucho 
					trabajo por hacer. También contamos con significativos 
					retrocesos, como el de Rusia, en donde se ha aprobado la Ley 
					“anti-propaganda homosexual”, que castiga la publicidad y 
					discusión pública sobre los derechos y relaciones 
					homosexuales en cualquier lugar donde haya menores. Dicha 
					ley, que no solo atenta contra la libertad de expresión y 
					asociación, si no que es un ataque a la dignidad de estas 
					personas, ha alimentado además una creciente ola de 
					violencia y odio contra las personas LGBTI, que por todo el 
					país están siendo víctimas de insultos, acosos y agresiones 
					ante la inacción de la policía. 
					 
					Es insoslayable el compromiso de España en el ámbito 
					internacional ante el mantenimiento en numerosos países de 
					políticas contra este colectivo y también de las 
					organizaciones que, dentro del marco de los Derechos 
					Humanos, trabajan por incrementar y homogeneizar las cotas 
					de igualdad en todos los países del mundo. 
					 
					En España los avances legislativos de los últimos años han 
					llevado a que nuestra sociedad de forma mayoritaria acepte 
					ya con normalidad la diversidad afectivo-sexual, pero 
					lamentablemente, permanece aún la discriminación y los 
					prejuicios homófobos y transfobos en ámbitos como el 
					laboral, el educativo o el deportivo. Es necesario que desde 
					las políticas públicas se mida, analice, prevenga y después 
					combata el acoso escolar homofóbico y transfóbico, aportando 
					específicamente a los docentes la formación e información 
					requerida para afrontar estas situaciones. También deben 
					tomarse medidas ante un colectivo especialmente vulnerable a 
					la discriminación y que sufre un mayor riesgo de exclusión 
					social por las dificultades que encuentra para acceder al 
					mercado de trabajo. 
					 
					Por todo ello en UPyD condenamos la persecución y 
					criminalización de las personas lesbianas, gays, 
					transexuales, bisexuales e intersexuales, así como las leyes 
					homófobas que las institucionalizan, en cualquier lugar del 
					mundo, y nos comprometemos a trabajar por la consecución de 
					la plena igualdad de derechos y oportunidades de las 
					personas LGTBI, en defensa de su dignidad y contra la 
					discriminación de cualquier ciudadano por motivos de 
					orientación sexual e identidad de género, para acabar con la 
					lacra de la homofobia y la transfobia. Así mismo, 
					impulsaremos y/o apoyaremos todas aquellas acciones que 
					vayan dirigidas a que ninguna agresión por motivos de 
					orientación sexual o identidad de género quede impune, a la 
					protección de las víctimas en materia de violencia en 
					parejas del mismo género, y a la no discriminación, por 
					razones de orientación sexual o identidad de género, en el 
					ámbito laboral y escolar, especialmente aquellas que en este 
					último ámbito vayan dirigidas a luchar contra todas las 
					formas de acoso.  
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