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OPINIÓN - VIERNES,23 DE MAYO DE 2014

 
OPINIÓN / ANALISIS

El Gobierno de Juan Vivas pretende
‘tomar el pelo’ a los ciudadanos

Por Ramiro T.


El asunto de la colocación de la hermana de Yolanda Bel y el intento de justificación del Gobierno se han convertido en una especie de perversión del sistema. Si el tráfico de influencias llevado a cabo por el Gobierno de Vivas resulta vergonzoso, más lo es aún el comunicado de prensa emitido ayer por el Ejecutivo, con el que pretende ‘tomar el pelo’ a una ciudadanía meditabunda y confusa, aparte de indignada, haciéndole ver que el documento que ayer publicábamos en nuestras páginas carece de importancia y que “no tuvo efecto alguno” en la posterior contratación de la hermana de la consejera de Empleo. Es decir, que la hermana de Bel fue seleccionada por el INEM por su alto grado de formación y capacidad y no por la carta enviada desde la Ciudad.

La manía de Juan Vivas de tomar a los ciudadanos por tontos o descerebrados es todo un insulto a la inteligencia y una mofa insoportable. Parece que Juan Vivas desconoce que las cartas de recomendación, con nombres y apellidos y DNI son una fórmula rápida, torticera, irregular, impresentable y objeto de presunto delito en una institución pública.

Es tal el endiosamiento de Vivas que ayer se atrevió a decir textualmente que “no se prejuzgue y cuando se hable de que no se ha empleado el procedimiento adecuado, eso se diga con absoluta certeza, por lo menos respecto de la consumación del procedimiento, porque no vayamos a confundir la tentativa, el inicio, el trámite con la resolución, sería una confusión absolutamente lamentable”. Increíble. En realidad, el que debe estar confundido es el propio Vivas porque incluso aceptado su argumento, él debería saber que la tentativa constituye un delito, porque se entiende que el autor piensa en el delito, lo inicia, lo pone en marcha pero, por circunstancias ajenas a él, no puede ejecutarlo.

Pero es que además, su argumento es falso. Querer disimular ahora esta aberración, haciéndonos creer que se trató de un escrito sin ningún efecto, es bochornoso, porque finalmente, la persona recomendada fue colocada. Juan Vivas confunde de forma intencionada los términos y se hace el ingenuo cuando no ha tenido el menor decoro en evitar situaciones de esta naturaleza que constituyen, no ya un agravio comparativo para tantísimos parados, sino un trato de favor, una recomendación deleznable a una entidad pública desde otra institución pública, que obliga a dimitir a todos los causantes de esta ilegalidad.

Venir a dárselas ahora de dignos y de ingenuos es todavía más insultante. Y cuando se cometen irregularidades hay que asumir las consecuencias y depurar responsabilidades.

En efecto, los familiares del Gobierno no están vetados para encontrar trabajo pero han de obtenerlo hacemos todos los ciudadanos, no de esta manera, por via de la recomendación oficial con membrete de una institución como la que usted preside, señor Vivas. No cabe ya tanta poca vergüenza y tanto descaro. No todo vale. Pida usted perdón a la ciudadanía y cese a quien haya sido causante de esta tropelía imperdonable. De lo contrario dimita usted. No ponga más paños calientes ni justifique más estos procedimientos que son un abuso de poder vergonzoso.

Los parados merecen mucho más respeto del que usted demuestra. Y sepa que las cartas de recomendación no caben desde las instituciones públicas. Ni como tentativa ni como tentación. En lo que ustedes han hecho hay pecado. Y muy grave.
 

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