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ACTUALIDAD - VIERNES,13 DE JUNIO DE 2014


El Presidente Vivas mostró su apoyo a la consejera Yolanda Bel. REDUAN

Pleno Extraordinario / Contrataciones
 

Apela a su orígen humilde para aludir a su apego a necesitados

La responsable de Empleo dijo no
avergonzarse de donde viene y derivó las críticas: “Es muy bonito defender a los parados de boquilla sin sufrir”
 

CEUTA
El Pueblo

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@elpueblodeceuta.com

Yolanda Bel llevó a la práctica esa máxima que dice: ”La mejor defensa es un buen ataque”, cuando como cierre de su intervención declaró: “Mi posición aquí no debe condicionar lo que haga mi familia. Tengo la suficiente vergüenza para seguir aquí al no haber influido en la colocación de mi hermana”. También añadió que daba explicaciones porque no era justo que se le criticara y aludió a su pasado familiar: “No me avergüenzo de donde vengo. Es muy bonito defender a los parados de boquilla sin sufrir en sus propias carnes la necesidad”.

En el relato de sus carencias, “todavía hay políticos que no utilizamos el cargo para favorecer a familiares” y comenzó su discurso personal: “Mi familia es normal y corriente. Tras 12 años de estar yo aquí, quizás no los conozcan. “Mi familia es normal y corriente, doce años después no conocen este mundo de la política y están al margen de mi condición eventual de consejera pero sabe, como miles de ceutíes, qué es vivir con una pensión mínima, llegar justo a final de mes, el paro y hasta pedir una bolsa de alimentos. No tiene mérito, porque hay miles de familias así pero no me avergüenzo y jamás utilizaría mi puesto para meter a un familiar en Colaboración Social ni en ningún sitio”.

Prosiguió Yolanda Bel con su humilde orígen: “Hay cientos de personas con dificultades a final de mes y luchar todos los días es un orgullo y venir de eso, también es un orgullo. Nadie se ha preguntado porqué mi hermana era perceptora del subsidio que no se da a cualquiera”.

“¿Piensan que si yo hubiera ejercido la más mínima influencia entraría por 500 euros el Colaboración Social sin cotizar y cobrando el subsidio?”, cuestionó Bel. “Si hubiera influido estaríamos hablando de algo más importante”, justificando su comparecencia a petición propia “porque el parentesco familiar era una obligación moral que tenía. Sale y habla el que puede. Se ha pasado por alto la protección de datos”, y censuró a la oposición que no quisieran la igualdad de oportunidades por considerar Yolanda Bel que se veta a los familiares de los políticos por sus apellidos.

Se exculpó en sentido figurado, de responsabilizarse “si un familiar mata a Manolete” y también utilizó una frase muy socorrida sobre que no descendía “de la pata del Cid” y fue más allá: “Tengo la suficiente vergüenza para seguir aquí al no haber influido en la colocación de mi hermana”.

Yolanda Bel quiso dar una lección de sus orígenes humildes al Pleno para demostrar su apego a los más desfavorecidos, por considerarse una de ellos reiterando que no se avergüenza de su familia pese a su humildad, declarando que ella misma lo ha pasado muy mal, antes de llegar a la política.

En este contexto, fue salpicando su discurso político en un debate del que agradeció que fuera político y donde la oposición le criticó que se plasmara en un documento oficial una relación de personas, cuyos méritos eran equiparables a otros muchos.

Quiso acabar con la cabeza muy alta, sin responder a José Antonio Carracao, cuando éste dijo que hablaba en plural de casos de familiares, asunto en el que Yolanda Bel no entró, tal vez, por si surgían nuevos hechos o el debate derivaba a otros casos.

“Tengo la suficiente honestidad y vergüenza -dijo-, que me da mi apellido Bel Blanca”. Bel convirtió en una cuestión de honor el “caso” de su hermana sin negar en ningún momento la petición que se hizo desde la Ciudad, aunque sí lamentó que se hiciera pública la identidad de su hermana con DNI, aludiendo a la ley de protección de datos.

Para concluir, y tras solicitarle por parte de la Oposición que dimitiera, Yolanda Bel contestó con rotundidad: “Les voy a dar una mala noticia: no voy a dimitir porque no tengo nada de lo que avergonzarme, porque no influí para nada en ese contrato, porque todo se hizo conforme a la legalidad, porque reunía los requisitos y porque yo estoy orgullosa de mi familia”, defendió.

“Antes de avergonzarme de ser Bel Blanca, me voy porque estas cosas solo las sabemos los que no somos ‘hijos de’... Aquí es muy fácil defender de boquilla, sin haberlo sufrido en la propias carnes, a quienes pasan necesidades. No pidan la dimisión: cuando ustedes sufran la exclusión social con todas las de la ley empezaremos a hablar y a reflexionar con profundidad”.
 


Se enredó en buscar coartadas que se caían al mismo tiempo que se reforzaban sus contradicciones

Yolanda Bel no supo o no pudo dar una explicación convincente, más bien al contrario. Se enredó en buscar coartadas que se caían al mismo tiempo que se reforzaban sus contradicciones. Ayer en el Pleno afirmó que en 2011 “se proponían nombres para evitar que las muchas renuncias conllevasen pérdidas de subsidios y más trámites”, cuando semanas atrás el Gobierno aseguró en un comunicado que el citado escrito “no tuvo efecto alguno” en la selección para el puesto de auxiliar administrativo. ¿En qué quedamos? No es posible argumentar que se enviaban escritos con nombres y apellidos para que fueran contratados y evitar así posibles renuncias y a la vez defender que los citados escritos no causaban “efecto alguno”. Además ¿comó podía saber el Gobierno de la Ciudad quienes, de los miles que cumplen los requisitos, renunciarían y quienes deseaban ser contratados? ¿Solo los nombres que indica el Gobierno en sus escritos habían mostrado su deseo ser contratados? Otras de la contradicciones de Bel se produjo cuando ésta se escudó en un certificado emitido por INEM el día siguiente del envío de la carta de ‘recomendación’, “en el que se dice que fue enviada y seleccionada para Colaboración Social de acuerdo con los criterios y cumpliendo la normativa”. Y la cuestión es, si esa era entonces la forma de funcionar acordada con el Servicio Estatal de Empleo “para evitar que las muchas renuncias conllevasen pérdidas de subsidios y más trámites” como afrimó Bel, ¿por qué debería el INEM realizar un certificado asegurando que la hermana de Bel cumplía la normativa y los criterios de selección? ¿Qué sentido tiene? ¿Realizó el INEM un certificado por cada una de las persona que el Gobierno indicó en sus numerosos escritos? ¿O solo lo hizo en el caso de la hermana de Bel?
 


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