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Las actuaciones violentas siembra
el miedo, el desconcierto y transmiten una sensación de
peligro que hemos de evitar con medidas preventivas y
eficacia policial. El presidente de la Ciudad, Juan Vivas ha
pedido unidad y confianza en la Policía para ganar la
batalla a las mafias y al crimen organizado. Un contexto de
escalada de violencia, de ajustes de cuentas y de tiros por
la calle, en una ciudad donde presumimos de conocernos
todos. Pues bien: desde ese axioma es desde el que los
Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, valiéndose de su
profesionalidad, ha de profundizar para esclarecer estos
crímenes que nos hacen situarnos en el viejo Oeste
americano.
La unidad de los ciudadanos en un objetivo común de
erradicar la violencia y delatar a los pistoleros y con la
confianza puesta en la Policía, cuya labor es prevenir y
perseguir los actos delictivos, son los pilares en los que
Juan Vivas ha basado su reflexión sobre este asunto que ha
llevado a las distintas formaciones políticas a poner
énfasis en el resultado trágico de una conducta violenta.
Las Administraciones, los poderes públicos, los dirigentes
políticos y la sociedad, han de compartir ese mismo frente
en el que no caben los asesinos. Nuestras calles no pueden
quedar manchadas de sangre y tragedia porque una minoría
quiera ajustar cuentas o repartirse el territorio al más
puro estilo mafioso. No caben en una sociedad democrática
quienes se prodigan a tiro limpio e infravaloran la vida. No
es momento de más lamentaciones y sí intervenciones
decididas para localizar, detener y presentar ante la
Justicia a los protagonistas de crímenes. Ceuta no puede
permitirse una situación de tal calibre.
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OPINIÓN / EDITORIAL
