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					El director general de MUFACE comunicó recientemente al 
					Consejo General de la citada entidad que el Gobierno llevará 
					a cabo un nuevo recorte sobre las prestaciones sociales que 
					reciben los funcionarios, estimado en cinco millones de 
					euros. Esta medida entrará en vigor a partir del próximo 
					martes. Además, avanzó que previsiblemente se congelará la 
					aportación presupuestaria en la atención sanitaria para el 
					próximo ejercicio. 
					 
					Estos recortes no se corresponden con la supuesta 
					recuperación económica que plantea el Gobierno y vuelve a 
					situar a los empleados públicos como uno de los colectivos 
					más perjudicados, en esta ocasión, con la reforma fiscal y 
					la previsible reducción de ingresos del Estado. 
					 
					En lo que se refiere a la atención sanitaria, se congelará 
					la aportación del Estado por segundo año consecutivo, lo que 
					afectará nuevamente a las cuentas de la entidad, que ya se 
					han visto reducidas en más de mil millones de euros en los 
					últimos cinco años. Esta situación se ve agravada por el 
					progresivo envejecimiento de la población atendida y el 
					hecho de que no entren en el sistema nuevos mutualistas. 
					 
					Por este motivo, a lo largo del mes de julio, CSI-F va a 
					llevar a cabo movilizaciones para reclamar la convocatoria 
					de la mesa de negociación para que los empleados públicos 
					recuperen los derechos perdidos durante la crisis económica.  
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