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                     Las obras de remodelación de la 
					iglesia de San Francisco parecen todo un misterio, ya que, 
					pese a encontrarse el templo cerrado cinco años, cuatro 
					meses y diez días, aún se desconoce en qué fecha se abrirá 
					al público en general y a la feligresía en particular. Se ha 
					dado la triste circunstancia que, en su efeméride de 
					centenario, se encuentra bajo el misterio halo de la 
					incertidumbre sobre su reapertura, cuando la segunda fase de 
					las obra finalizaron el 15 de noviembre pasado y hay un 
					hermetismo total acerca de cuándo se iniciará la tercera y 
					definitiva fase de la reconstrucción. 
					 
					Desde el Obispado de Cádiz y Ceuta podrían ser mucho más 
					transparente e informar a los feligreses de qué tipo de 
					problemas, parece que los económicos hay que descartarlos a 
					la vista que la Ciudad Autónoma viene aportando las 
					correspondientes partidas, son lo que motivan que se 
					ralenticen las obras de reconstrucción. La ausencia de 
					explicaciones tras el largo tiempo de encontrarse cerrado el 
					templo, mueve al malestar y a la incertidumbre, cuando 
					habría que ser mucho más claro y explícito sobre un asunto 
					de interés general. 
					 
					No parece razonable que una iglesia de tanta tradición en 
					nuestra ciudad, se encuentre cerrada a los cultos durante 
					tantos años, como si las obras que allí hubieran que hacer 
					fueran las del Escorial. Más de cinco años es tiempo 
					suficiente como para poner fin a esta clausura de un templo 
					que ha visto pasar sin pena ni gloria su centenario de vida. 
					La sensibilidad de la feligresía va mucho más allá que la 
					que parece tener el Obispado y bien merecen los parroquianos 
					una mayor información y no tanto misterio. El ocultismo 
					mueve a la desconfianza y tratándose de un aspecto 
					religioso, tampoco se nos puede pedir una prueba de fe. 
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