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ACTUALIDAD - VIERNES, 11 DE JULIO DE 2014


aspecto del siniestro. ep.

incendio forestal
 

La vegetación afectada
por el incendio es de gran
capacidad de rebrote

En el “Día Después” del devastador fuego en García Aldave se evalúa que los pinos son los más afectados pero no el acebuche y el alcornoque. Las especies autóctonas más valiosas rebrotarán con facilidad
 

CEUTA
Alejandro S.

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Un día después del incendio que se produjo en la zona de García Aldave, se ha podido comprobar que la vegetación mediterránea muestra una gran adaptación al fuego y sus características naturales hacen que sea recuperable por su gran capacidad de rebrote. Una consecuencia positiva que extraer del siniestro sobre el que aún se investigan las causas que lo originaron: negligencia o provocado.

En el foco en donde se inició, concretamente en una zona considerada de las más valiosas del campo exterior de Ceuta, la cuenca del Arroyo de Calamocarro, especialmente protegida, que afectó también al enclave conocido como Fuente de los Generales y el Barranco de la Misericordia, los investigadores estudiaban ayer este sector para tratar de encontrar vestigios que dieran luz a las pesquisas que se siguen para el esclarecimiento del siniestro.

En cuanto a vegetación afectada cabe señalar que el incendio perjudicó especialmente al pinar puro en zonas donde se mezclan pinos con alcornoques, así como matorrales de alto valor ecológico y en áreas de bosque pobladas por alcornoques y acebuches, consideradas de elevado valor ecológico de la vegetación en Ceuta.

La carretera de la Lastra impidió, al actuar a modo de cortafuegos, que las llamas se expandieran por las laderas del monte de la Tortuga, enclave con numerosos alcornocales de alto valor ecológico, que se pudieron salvar, así como la zona de Aranguren, donde hay pinos, si bien se vieron afectados eucaliptos, lo que obligará a repoblaciones que reconstruyan el paisaje, labor que se estima en poco más de un año en cuanto a la vegetación mediterránea y en aproximadamente diez, para los pinos.

A nivel paisajístico la imagen es desoladora y la panorámica de desastre, si bien el aspecto positivo es que, con las primeras lluvias se espera el rebrote de la vegetación autóctona de acebuche y alcornoque y en pocos años, apenas se acusarán los estragos que ha provocado este incendio que afectó a un área de unas 50 hectáreas, según los datos oficiales facilitados.

Los pinares quemados o suflamados por el siniestro son irrecuperables porque han muerto y, en este caso, se han registrado pérdidas de muchísimos años, lo que ha supuesto un grave deterioro ecológico. Los grandes pinares no se recuperarán hasta un período entre 50 y 70 años, aunque la semilla crece con profusión, pero se requieren los años indicados para que alcancen la altura a la que estamos acostumbrados a ver los pinares.

La zona devastada por el fuego tendrá un carácter prioritario a la hora de emprender la reforestación, si bien antes se requiere una limpieza a base de eliminar la madera que es irrecuperable y comprobar el estado en el que se encuentran los arbustos, tanto en su base como en la yema de sus hojas, aunque no cabe esperar mucho tiempo para conocer su recuperación.

Se quiere aprovechar esta circunstancia adversa para realizar un pequeño cambio en las labores de recuperación de la vegetación y de las especies, que conllevan lograr una mejora de la estructura de la vegetación ceutí, partiendo de lo que aún sea más recuperable tras el devastador incendio.

A nivel ecológico este siniestro ha supuesto un desastre por la irreparable pérdida de pinos con 200 años de existencia, aunque el contrapunto lo marcan los alcornocales y la facilidad de rebrote de las especies más valiosas de la vegetación autóctona de Ceuta, como aspecto positivo a contemplar. Por ello se harán actuaciones para reforzar las poblaciones forestales y tratar de restituir la situación que, lamentablemente, el pasado miércoles ha supuesto una pérdida ecológica lamentable y difícil de valorar en cuanto a su magnitud.

Las numerosas pistas, senderos, caminos y, en definitiva, accesos en las distintas zonas de nuestros montes, han impedido que la catástrofe hubiera sido mucho más importante. Los desbroces como medida preventiva, atenúa en estos casos, la incidencia del fuego, aunque este incendio contó con la particularidad que el fuego sobrepasó algunos cortafuegos a causa del viento que soplaba y hacía variar su dirección.

Según datos de la Unidad Militar de Emergencias, de las 50 hectáreas afectadas, sólo se vieron afectadas directamente por el fuego un 40% de ellas, lo que da una idea de la eficacia de las labores desarrolladas en la forma de acometer la actuación para sofocar este siniestro.
 


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