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El Ministerio de Fomento ha hecho
público el capítulo de subvenciones al transporte en el que
incluye la línea Algeciras-Ceuta de interés público, cuyo
contrato, no se culminó en una anterior licitación por
quedar desierto ante la falta de concurrencia de ninguna
naviera. Ahora, se pondrá sacará nuevamente a concurso, para
su entrada en vigor en enero de 2015 y por un período de dos
años. Una demanda que, tanto partidos políticos de todo
signo como agentes sociales, habían reclamando de manera
insistente, dadas las singularidades de Ceuta. Se hacía
preciso que una naviera asumiera esta adjudicación que en
etapas anteriores tuvieron a Acciona-Trasmeditarránea y a
Balearia como concesionarias del servicio de interés
público.
La línea del Estrecho no podía quedar sin una adjudicación
de estas características que conlleva varias medidas que dan
seguridad al sevicios. Hasta ahora, en este período de
transición, el hueco lo venían cubriendo las navieras con
rotaciones escalonadas, pero se requería de una actuación
ministerial para regularizar esta cuestión de tanta
importancia.
Ceuta no puede quedar aislada, bien por una política de
precios desorbitada, bien por falta de rotaciones o por
carecer de una línea de interés público, a sabiendas que el
Estrecho es nuestra “autopista” de conexión con la
península. La población ceutí de residentes, con
independencia de los beneficios que reporta el turismo, no
podía quedar al margen de una línea de carácter público, en
la que la subvención del Estado ha de verse reflejada en el
precio del billete. Con la línea de interés público deberían
atenerse a precios políticos.
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OPINIÓN / EDITORIAL
