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OPINIÓN - SÁBADO, 23 DE AGOSTO DE 2014

 
OPINIÓN / MEMORIA HISTORICA

“Le pusieron nombre y apellidos”

Por Miguel Jiménez Campos*


En el año 2012 comienazaba en teba (Malaga), los trabajos de exhumacion de la segunda mayor fosa comun de España por el número de personas encontradas fusiladas por las tropas franquistas en la Guerra Civil (1936-1939). Se calcula algo más de 2.000 fosas en territorio español.

En dicho periodo destaca la conocida “la noche de los 80” el 23 de febrero de 1937 donde fueron asesinadas en la tapia del cementerio de San Toribio, 81 hombres y 3 mujeres, una de ellas, de 22 años estaba embarazada de siete meses. “Su delito fue sacar la bandera republicana el 1 de mayo”

Curisoamente por la parte interior de dicha tapia que bordea el cementerio, descansan en paz un grupo de 12 integrantes de las tropas franquistas con sus lapidas blancas en cuyo epitafio se leen sus nombres, apelllidos y el último adios de sus familiares desde el año 1936 y sin embargo en la parte exterior de la tapia se encuentrapor la fosa común con 151 personas entre hombres y mujeres con una dimensiónes de 15 x 2 x 1,5 m., hasta el año 2012 sin exahumar todos ellos enterrados bocabajo, ninguno de los asesinados estaban imputados por delitos de sangre y ni siquiera se le practicó algún tipo de juicio. Entre sus pertenecias, se han encontrado los objetos que llevaban a la hora de su muerte, sus lapiceros, libretas, relojes, mecheros, etc…

En particular resumiré la historia de mi abuelo materno ENRIQUE CAMPOS ROMERO, gitano de 28 años de edad, natural de Ronda. Hijo de Enrique y Josefa. De profesión herrero. Ejecutado el dia 23 de febrero de 1937 en Teba (Málaga) a la edad de 28 años. Casado con Carlota Jimenez Cortes gitana de 24 años de cuyo matrimonio tuvieron 4 hijos: Miguel, Enriqueta, María y Josefa.

Enrique de profesion herrero gozaba de cierto privilegio ya que por su trabajo en la época se relacionaba con militares de alta graduacion y por vivir en un pueblo con estación de tren, por esos dos motivos no le faltaba trabajo.

Recuerdo a mi abuela (nosotros la llamabamos Mama Carlota) en los años 80 contandome su dolor padecido por la falta de mi abuelo y textualmente decia: “Un dia pegan a la puerta de casa unos señores, me preguntaron si se encontraba en casa Enrique Campos Romero, él salió a la puerta y sin mediar palabra le comunican que debia de acompañarlos para hacerle unas preguntas”. Nunca volvió a saber de él ni de su posterior asesinato.

Mama Carlota siempre estuvo esperando el regreso de su marido Enrique, poco tiempo despues tuvo que trasladarse a La Linea de la Concepción para ganarse la vida para ella y sus niños, ella empleaba en Gibraltar y lo vendia en La Linea y alrededores, asi se sacaba su jornal para vivir dignamente. Ella no volvió a casarse ni siquiera a conocer a otro hombre. A los setenta y siete años del asesinato de Enrique Campos Romero sin ningún tipo de juicio y posterior olvido en la fosa común, su nietos le dan sepultura dignamente en el cementerio de San Toribio, Teba (Malaga) un lugar localizado donde se le puede visitar y recordar.

La Ley de Memoria Historica ha servido para acceder a los archivos, registros y demás documentos públicos y así llegar a recuperar a nuestros desaparecidos hace ahora 77 años y poner lapidas con nombres y apellidos, muy lejos de abrir heridas y enfrentamientos. Familia y amigos agradecemos a la Asociación Recuperación de la Memoria Historica de Antequera y Comarca y en especial a Juan Fuentes Guerrero, coordinador de la A.R.M.H., por su gran labor realizada para que los familiares podamos cerrar la herida abierta en nuestros mayores. Personalmente y despues de indagar e informarme bastante sobre estos asesinatos ya que ellos no participaron en ninguna guerra y no se pudieron defender, puedo argumentar que el drama padecido por Mama Carlota es el perfil de la gran mayoría de los desaparecidos por la represion franquista, simplemente por tener unas ideas diferente al fascismo opresor. En este acto tan emotivo donde se enterraban en un panteón a los 151 exahumados de la fosa común al cual asistimos acompañados por casi 800 personas entre familiares y amigos, representantes de A.R.M.H., etc., se pudo ver y sentir llantos, miradas y sonrisas republicanas.

* Presidente de la Comunidad Romaní en Ceuta
 

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