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					Una vez más, el Partido Popular pretende hacer uso de la 
					legitimidad democrática para implantar medidas 
					antidemocráticas. Tras el terremoto que han supuesto los 
					resultados de las elecciones del 25 de mayo, con la 
					abdicación del ciudadano Juan Carlos I y la renuncia de 
					Pérez Rubalcaba como principales acontecimientos, el 
					Gobierno, ante el miedo a un cambio político profundo en 
					toda la geografía de la piel de toro, quiere blindar su 
					poder en los municipios a base de cacicadas autoritarias. 
					 
					La ley que pretende llevar a cabo ya es conocida en varios 
					círculos como la “Ley antiPodemos”. Más allá, realmente 
					debería llamarse “Ley antidemocracia”. 
					 
					El objetivo de esta ley no es otro que el de hacer más fácil 
					la aplicación de las medidas impuestas por la Troika. No es 
					algo nuevo. Como nos recuerda el compañero Alberto Garzón, 
					diputado de Izquierda Unida en el Congreso, ya en 2013 se 
					aprobó una reforma en el sistema financiero que permitía a 
					los gobiernos municipales en minoría aprobar los planes de 
					ajuste aun con el pleno en contra. Se trataba de “una medida 
					extraordinaria para eliminar obstáculos que afectaran a la 
					estabilidad”, un eufemismo muy orwelliano lo de “estabilidad 
					democrática” para esconder la verdadera razón: el miedo de 
					perder los privilegios de los que disfrutan desde hace tanto 
					tiempo. 
					 
					Sí, el Partido Popular, a la hora de referirse a las demás 
					fuerzas políticas, a la hora de referirse a la democracia 
					misma, hablaba de “obstáculos”. No podemos consentir más 
					insultos de este tipo. Por desgracia, en España ya sufrimos 
					las consecuencias de un sistema electoral que premia a los 
					partidos mayoritarios y castiga a las minorías. Todo cambio 
					electoral debe ir en sentido contrario, en el sentido de 
					mayor proporcionalidad y de una representatividad acorde con 
					aquello que los españoles y las españolas hayan votado en 
					las urnas. 
					 
					Desde el círculo Podemos de Ceuta decimos NO a este golpe 
					contra la democracia. 
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