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                     Las calles cercanas a la barriada 
					del Príncipe Alfonso volvieron a teñirse de rojo y de luto. 
					Otro joven perdió la vida de forma inútil. De nuevo el dolor 
					volvió a golpear a una zona ceutí que parece estar condenada 
					a tener que vivir con la amargura y el llanto todos los 
					días. 
					 
					Hace pocos días otro joven -apodado Gufito- perdía la vida y 
					ya son demasiados este año. Son muchas las opiniones que 
					existen al respecto y otras muchas las teorías, pero la 
					realidad es solo una. Demasiadas vidas perdidas y un precio 
					demasiado alto el que se paga, no solamente las familias de 
					los fallecidos, si no también la sociedad caballa, que ve 
					con estupor como cada vez es más frecuente levantarse por la 
					mañana con la noticia que otro suceso horrible ha acontecido 
					en las calles de tal o cual barrio de la ciudad. 
					 
					Mucho se ha hablado de este asunto y en esta ocasión parece, 
					aunque la Policía ya ha iniciado sus investigaciones y lo 
					mejor es dejarle hacer su trabajo, que el móvil puede que no 
					haya sido, como en otras ocasiones, una ajuste de cuentas. 
					Todo apunta a que el joven se vio sorprendido por unos 
					malhechores que la única intención que tenían era la de 
					atracarle para apoderarse de lo que llevara. Aunque es una 
					simple conjetura, se da la casualidad que en la zona en la 
					que ocurrieron ayer los estos hechos no es la primera vez 
					suceden. Hace pocas fechas otros encapuchados asaltaron a 
					dos porteadores y les golpearon con las culatas de las armas 
					que portaban.  
					 
					Aparte de las víctimas, la pérdida de una vida humana es 
					algo irreparable, lo peor del caso es que la seguridad es 
					una sensación y en Ceuta, desgraciadamente con hechos como 
					estos, esta sensación se está perdiendo y eso es algo muy 
					peligroso para toda la población, no solo para la de una 
					zona. 
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