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OPINIÓN - MARTES, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2014

 

OPINIÓN / LAS NOTAS DEL QUIM

Fin de las vacaciones
 


Quim Sarriá
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Buenos días, Ceuta.

Ya estoy aquí, después de las vacaciones veraniegas, dispuesto a dar batalla usando mi arma preferida: el teclado del PC.

De momento tengo la mente en blanco, las células grises sin engrasar y los dedos agarrotados como si estuvieran cogiendo un vaso de tubo imaginariamente lleno de cerveza.

Normal cuando ha sido lo único en que los he usado durante estos días de vacaciones cómodamente sentado ante el chiringuito de la playa, de cualquier playa, a la que hemos acudido mi familia y yo.

Totalmente alejado de las noticias, desconectado por completo de los medios de información y observando el entorno más cercano mientras Helios me pega ‘soletazos’ de vez en cuando, cuando pierdo la sombra del parasol, y Neptuno, conocido también como Poseidón, pasea por la línea del horizonte sobre el carro conducido por sus poderosos caballos blancos, cuyos transparentes cascos remueven las aguas del Mare Nostrum, aguas que me llegan, cuando entro en el mar por la arenosa orilla, en olas secuenciales provocadas también por el tridente del dios de los mares mientras sus hermanos Júpiter y Plutón les observa llenos de envidia, desde la inmensidad lejana del espacio,

¡Joder, ignoraba que podría escribir esta cursilería!

Este ha sido el verano más tranquilo de toda mi existencia, hasta ahora, con la salvedad de algunas incidencias familiares en las que ha intervenido la Parca.

El tiempo ha sido benigno por el sur, el sur de la península se entiende, con días tremendamente soleados y en algunos momentos con el formidable espectáculo de Selene mostrando sus encantos en una visión súper ampliada motivada por su acercamiento a la Tierra durante el recorrido de su órbita.

Todo esto ha conseguido que me mantenga tranquilo este verano, sin ningún intento de intervenir con mis escritos ni siquiera inventándome la popular serpiente veraniega.

Ignoro, de momento, cómo anda el mundo de la política. Los vaivenes de la ‘casta política’ como suele mencionarla los de Podemos.

Hoy es el primer día que tomo contacto con la realidad y por lo tanto el golpe impactante ha sido fuerte, cientos de noticias están ahí, enfrente de mis ojos, por lo que la acumulación de las mismas no me ha permitido analizar ni una sola. Ya tendré tiempo de hacerlo ¿no?

Por ahora aprovecharé para hacer mis cosas domésticas, preparar el PC para que admita numerosa entrada desde el teclado, limpiar de gilipolleces los archivos destinado a conservar los escritos y renovar el carburante de las células grises con líquidos más de acorde con el tiempo climático que sigue encima: calor y humedad.

Ahora que menciono la humedad, resulta que estos días, últimos de vacaciones, el higrómetro ha estado marcando, con su aguja giratoria, los 80/85 %. Cosa mala porque me recuerda mis años en Barcelona, donde la humedad es absoluta y el consiguiente dolor de articulaciones se hace casi insufrible.

Menos mal que resido ahora en una zona donde la humedad es relativa y solo aparece cuando el Levante, viento caprichoso del Mediterráneo que suele comenzar alrededor de las islas Baleares y suele alcanzar su mayor velocidad por el paso del estrecho de Gibraltar, amontona nieblas en la parte al este del Monte Hacho o del Peñón, que es precisamente donde resido.

Llevamos varios días en que esa pertinaz niebla se asienta bien de madrugada y hasta el mediodía no desaparece a pesar de que el anticiclón de las Azores domina la zona. Es precisamente por culpa de este anticiclón, que se antepone a la baja presión, y por las largas horas de sol se genera a menudo la baja térmica sobre el noroeste africano que conlleva la aparición de la niebla y, consecuentemente de la fuerte humedad.

No, no quería comentar este trozo sobre el tiempo, no quería robar comentarios que corresponden a los hombres y mujeres del tiempo, no soy experto, pero… ¿qué quieren que haga?, me ha salido así y así lo plasmo.

En fin, ya seguiré como la misma vida que sigue.
 

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