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					Los ceutíes han regresado hoy al siglo XXI tras un fin de 
					semana en el que muchos apostaron por viajar en el tiempo 
					hasta el medievo de la mano del Mercado Medieval instalado 
					en las Murallas Reales desde el viernes. Durante la última 
					jornada cientos de ceutíes apuraron las últimas horas de 
					juegos, exhibiciones y espectáculos que ofrecía el mercado, 
					además de hacer las últimas compras. Los puestos de 
					embutidos, un año más, han sido de los más concurridos. Y es 
					que, son muchos los ceutíes que han querido disfrutar de los 
					salchichones, chorizos o jamones de otros rincones de la 
					península, de los quesos de cabra, de mieles naturales o 
					dulces caseros. 
					 
					Aunque, este año, el puesto de arcilla ha sido la gran 
					sorpresa y muchos son los caballas que han probado la 
					experiencia de moldear sus propios cuencos para luego 
					llevarlos a casa como recuerdo. La fragua, a su lado, 
					también ha llamado la atención de cientos de curiosos. 
					Mientras, los niños han disfrutado de tiovivos que 
					funcionaban gracias a una manivela, de juegos de madera y de 
					espadas con las que se han convertido en caballeros.  
					 
					No obstante, este año la crisis también se ha dejado notar. 
					Los precios, según comentaban los compradores, se han 
					mantenido, mientras que los vendedores echaban en falta 
					vender como en años anteriores. Sin embargo, todos se 
					mostraban contentos de participar en esta feria a la que 
					califican de especial, por su emplazamiento, pero también 
					por su público. Y es que, según comentaban, como sólo se 
					celebra una al año, los ciudadanos se vuelcan más y la 
					mayoría acude a dar un paseo, y al final, algo “pica”. Y es 
					que, los ceutíes han demostrado que el Mercado Medieval se 
					ha convertido en una cita ineludible y ya esperan la 
					siguiente edición.  
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