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OPINIÓN - VIERNES, 17 DE OCTUBRE DE 2014

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Nunca me han gustado, es mas me da hasta cierto temor, la llegada de los “salvadores” de la Patria o los populistas porque, al fin de cuentas, ambos no son más que dictadores baratos. Y como tales dictadores tienen el mal endémico de ser ególatras, y ¡ay! de aquel que ose llevarles la contraria en cuantas determinaciones decidan tomar.

La egolatría de ambos, “salvadores” y populistas, les lleva a decir “después de mí no hay nada”. Ambos dos, se creen que son los únicos en el mundo mundial, capaces de llevar a la tierra prometida, donde se va a vivir mejor que en brazos, a los pueblos que quieren gobernar.

Al final, pasa como con charlatanes que recorren los pueblos, vendiendo a todos los que les quieren escuchar que, en la mayoría de las ocasione, son muchos los que se sienten atraídos por los que le van a aportar el elixir de la vida o peines sin púas para los calvos. Y es que, no lo podemos remediar, pertenecemos a la Península Ibérica somos españoles y lusos”.

En fin, allá cada uno con sus problemas y a votar en las próximas elecciones generales a quienes crean más conveniente o al partido que crean les va a dar más que nadie y les va a solucionar el problema del paro y los desahucio. En fin que votándoles a los “salvadores o a los populistas, cualquiera de ambos, les va a solucionar toda su vida a él y a los suyos, porque votando a uno de los dos, da igual a quien sea, ese partido le va a quitar todos los problemas que en la actualidad tiene y va vivir en un auténtico paraíso.

El problema es que después viene el “tío Paco con la rebaja”, que diría la sabia de mí abuela. Miren la muy democrática Venezuela actual, donde le decían al pueblo, más o menos que “allí se iban a atar los perros con longanizas”. Y un país rico en petróleo, está pasando, gracias a ese populismo, más hambre que un caracol en un espejo.

Sus establecimientos estén desabastecidos de los elementos más indispensables, para la “manduca”. Sus hospitales carecen de lo mínimo para atender a los enfermos. Y todo ello, al parecer, con cierto asesoramiento de otro populista barato. Todo ello no ha llevado a Venezuela, más que al hambre y la miseria. Imagínense dónde nos llevarían a nosotros que no somos ricos ni en petróleo ni en nada.

El populista se crece, se sube a la cresta de la ola, confiado que en las próximas elecciones generales acabarán llevándolo a poder cumplir su sueño de llegar a lo más alto, a gobernar el país. Son así, no lo pueden remediar, pero deben tener en cuenta que la euforia es mala compañera de viaje y suele terminar dando grandes decepciones.

Como diría la sabia de mí abuela “no es oro todo lo que reluce”. Las encuestas pueden variar en cualquier momento, y muchos de aquellos que decían les iban a votar a estos ”salvadores” o populistas, cambian su voto y adiós tú.

Las únicas encuestas creíbles, son cuando se cierran los colegios electorales y se hace el recuento de las papeletas. Estan vendiendo la piel del oso antes de cazarlo.
 

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