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OPINIÓN - DOMINGO, 28 DE DICIEMBRE DE 2014

 
OPINIÓN / COLABORACION

‘La política’

Por Fátima Hamed


Desde el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, nos hemos visto obligados a hacer un recorrido por la Historia, y a recordarles a algunos el sentido que originariamente ha tenido el concepto de “Política”. La Política nació hace ya mucho tiempo atrás, como un instrumento destinado a organizar y administrar la sociedad con el único objetivo de garantizar a los ciudadanos una convivencia pacífica, por lo que su principal función es velar en todo momento por los intereses del pueblo, una tarea que siempre ha estado integrada como es lógico en el ejercicio de la función pública.

Sin embargo, y teniendo en cuenta que nuestra Real Academia de la Lengua mantiene que el concepto de “política” sigue siendo el mismo, todos somos testigos de que con el paso del tiempo, el significado de este concepto se ha ido degradando, pero no porque el término haya evolucionado precisamente; sino más bien por haber ocurrido todo lo contrario. No se trata de un cambio conceptual, sino más bien semántico. Desgraciadamente han sido aquellos que han estado al frente de la Política, quienes con su ineptitud y/o su ánimo de lucro, han ido desvirtuando su objetivo real y fundamental. No hace falta irse muy lejos para comprobar que ello es así. En nuestra propia ciudad, en Ceuta, la Política se ha convertido para muchos en un lucrativo negocio, personas que olvidándose de lo que una vez llegó a representar esa palabra, han encontrado en esta la mejor manera para llenar sus bolsillos. La única preocupación de algunos políticos de nuestra ciudad, que se comportan muy a menudo como verdaderas hienas, es intentar por todos los medios, mantener sus “chiringuitos”, los cuales se han montado gracias al engaño. Pues aquellos ciudadanos que en su día les votaron, lo hicieron creyendo que iban a estar representados; es decir, creían que iban a ser sus intereses (los de los ciudadanos) los que iban a ser defendidos, y no los particulares, los de los amiguetes o familiares de aquéllos a los que votaron.

Observamos cómo nuestra pequeña ciudad se ha convertido en una gran empresa para muchos. Los intereses de los ceutíes han pasado a estar desplazados a un segundo o incluso a un tercer plano, mientras que los de aquellos que se creen intocables y que piensan que nunca tendrán que rendir cuentas, son los únicos intereses que realmente son defendidos. Este comportamiento, caracterizado fundamentalmente por un depredador afán de lucro, y por la falta de escrúpulos, definitivamente creemos que es lo que ha hecho que nuestra ciudad haya tocado el fondo de la desidia y el descontento.

Sin embargo, a pesar de este triste y desolador panorama político, creemos que lo último que hay que perder es la esperanza, y que por si algo merece la pena luchar, es por mantener la dignidad del pueblo ceutí. Así, de manera intencionada, en este artículo, se ha pretendido que el término “Política” aparezca escrito en mayúscula, fundamentalmente porque creemos en el gran valor que representa esta palabra, así como en la gran responsabilidad que supone ejercerla. Por eso, el MDyC nos negamos a formar parte de aquellos que olvidaron lo que un día representó la “Política”, y que por supuesto, y a pesar de todas las hienas que continúan viéndola como un negocio, seguimos creyendo que aún sirve única y exclusivamente para representar al pueblo, y sobre todo, es lo fundamental y evidentemente, el sentido lógico de la Democracia, siendo esto lo que verdaderamente legitima el ejercicio de la misma.
 

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