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					el pueblo/ceuta.- La barriada ceutí del Príncipe Alfonso 
					amaneció ayer con la normalidad de un domingo cualquiera 
					pero todavía con la resaca de una operación policial que ha 
					provocado que otros cuatro vecinos de la zona no durmieran 
					la pasada noche en sus casas. 
					 
					Una mañana de domingo en el Príncipe es prácticamente 
					similar a la de cualquier otro punto de la ciudad, con la 
					salvedad de que en la jornada de ayer esta barriada volvió a 
					ocupar las portadas de los periódicos nacionales y locales 
					por su relación con el yihadismo. 
					 
					“Es así, que le vamos a hacer”, contaba precisamente al 
					delegado de la agencia Efe en Ceuta, Mohamed M., un vecino 
					de la barriada, que se disponía a cruzar la frontera con 
					Marruecos para pasar el día con unos familiares que residen 
					en el país vecino. 
					 
					“Yo llevo muchos años viviendo aquí y a los cuatro que 
					detuvieron ayer creo que ni los había visto”, ha afirmado 
					este hombre de unos 45 años que no duda en afirmar que la 
					jornada de ayer fue de una auténtica “locura”. 
					 
					Mientras se conversaba con Mohamed M. se acercó una mujer, 
					Saida M., quien se refirió a que ayer ya no había tantos 
					policías como los que durante la madrugada y las primeras 
					horas del sábado se encontraban en distintas zonas de la 
					barriada. 
					 
					No obstante, Saida M. reconoce que escuchó por la televisión 
					el arsenal de armas que tenían en sus viviendas y lamenta 
					que se pueda relacionar a todos los vecinos del Príncipe con 
					esta imagen. “Aquí vivimos musulmanes pero no terroristas 
					aunque hayan algunos fanáticos”. 
					 
					Ayer por la mañana por el barrio del Príncipe ya no se 
					escuchaban ni las sirenas policiales ni hubo helicópteros 
					sobrevolando ni tampoco se vieron a policías corriendo por 
					sus estrechas calles. Todo era distinto. 
					 
					Sin embargo, la diferencia es que ayer por la mañana el 
					barrio volvió a levantarse con cuatro vecinos pendientes de 
					pasar a disposición judicial y que ya anoche no durmieron en 
					sus viviendas, sumándose a la lista de detenidos 
					relacionados con el yihadismo islámico. 
					 
					De hecho, cuando abandonamos el barrio el sentir de los 
					vecinos queda reflejado en las palabras de una mujer mayor 
					que, con una bolsa de pan en la mano, exclama: “¿hasta 
					cuándo la próxima?”. Una frase tan corta pero explicativa. 
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