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                     Desde el pasado sábado por la 
					tarde una familia de Ceuta se encuentra viviendo una 
					auténtica pesadilla debido a una nueva imprudencia al 
					volante de un conductor que atropelló a alta velocidad a una 
					de sus hijas cuando se encontraba cruzando por un paso de 
					peatones. Parece mentira que a estas alturas, con los 
					numerosos casos de atropellos que se han producido, siendo 
					el último más sonado el de la pequeña Jennifer, precisamente 
					en el paso de peatones de Miramar Bajo, barriada de donde es 
					el conductor que provocó el accidente del pasado sábado, 
					existan conductores que lejos de cumplir las normas de 
					circulación continúen siendo verdaderos peligros al volante, 
					sin darse cuenta que con esa conducción temeraria pueden 
					romper una familia y crear un daño irreparable, y a las 
					pruebas nos remitimos.  
					 
					Un vehículo en manos de un descerebrado es como entregar 
					unos explosivos a unos yihadistas, quizás el ejemplo sea 
					terriblemente exagerado pero es así. Un coche no es un 
					juguete, un coche no es para fardar, un coche no es para 
					intentar llegar en el menor tiempo posible al lugar de 
					destino, un coche en manos de un descerebrado es un arma 
					mortífera. Las normas de circulación hay que respetarlas, y 
					en esta ciudad existen muchos conductores que no le dan 
					importancia y es entonces cuando ocurren lamentables sucesos 
					como el del pasado sábado. 
					 
					Sensibilizar y concienciar a la sociedad, especialmente a 
					los conductores es primordial para intentar evitar 
					atropellos tan graves como el que ha sufrido la joven Gema, 
					quien se dirigía junto a su hermana y una amiga, alegre y 
					cariñosa como ella siempre es, de “compras” y hoy se debate 
					entre la vida y la muerte en un hospital de Cádiz, porque un 
					conductor iba a más velocidad de la permitida y obvió un 
					paso de peatones, por mucho que diga que el sol le cegó. 
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