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cultura - VIERNES, 30 DE ENERO DE 2015


Malala Yousafzai. cedida.

evento
 

Malala Yousafzai es el nuevo
Premio a la Convivencia 2015

Es la niña que usó la educación para desafiar a los talibanes y en 2014 fue galardonada con el Nóbel de la Paz
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El jurado del Premio Convivencia 2015, reunido en el Salón del Trono del Palacio de la Asamblea, decidió ayerque Malala Yousafzai, la niña pakistaní que usó la educación para desafiar a los talibanes de su país y que fue Premio Nobel de la Paz 2014, sea quien reciba este galardón en reconocimiento a su figura y lo que representa.

La candidatura fue propuesta por la asociación cultura Al Idrissi, con el apoyo de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE), Luna Blanca e Intercultura.

La historia de Malala comienza en 2009, cuando la niña tenía 12 años y los talibanes pakistaníes controlaban el valle del Swat, en el noreste de Pakistán, e imponían su versión rigorista del Islam. Una de sus medidas fue prohibir que las niñas acudieran a la escuela. El 70% de sus compañeras había dejado de acudir a clase por miedo o por indicación de sus familias, pero Malala acudía de manera casi clandestina, sin uniforme, escondiendo sus libros. Y comenzó a narrar sus experiencias en un blog diario en la página de la BBC en urdu (una de las lenguas que se hablan en Pakistán), bajo el seudónimo Gul Makay.

La historia llamó la atención del periodista del New York Times Adam B. Ellick, que entrevistó a Malala y le puso cara, para el mundo pero también para sus enemigos. En 2010, el Ejército pakistaní expulsó finalmente a los talibanes del Swat y Malala volvió a su escuela, como ella misma se encargaba de contar contenta a la BBC. El Gobierno, incluso, decidió convertirla en icono y darle un premio nacional a finales de 2011. Pero desde que su identidad había sido revelada, Malala y su familia sufrían amenazas contínuas. El 6 de octubre de 2012, finalmente las amenazas se convirtieron en realidad. Un grupo de hombres armados llegó a la escuela. Preguntaron por ella y la esperaron a la salida. Después, subieron al autobús escolar y le dispararon a bocajarro en la cabeza y el cuello, dejándola al borde de la muerte. Tras recuperar el habla, Malala reafirmó su compromiso con el derecho de la mujer a la educación.
 


Malala no guarda rencor a los talibanes que la dispararon

En noviembre de 2012, la ONU dedicó un día en su nombre al derecho universal a la Educación. Durante su discurso, la joven afirmó que no estaba en contra de nadie, ni siquiera de los talibanes en su país, y aseguró que incluso si tuviera una pistola “no dispararía” a la persona que la atacó. “Es algo que aprendí de Mahoma, el patrimonio que recibí de Martin Luther King y de Nelson Mandela, la filosofía de la no violencia que aprendí de Gandhi y la madre Teresa, el perdón que aprendí de mi padre y de mi madre”, aseguró entre aplausos. Quizá por ello ha pedido, recientemente, que se negocie con los talibanes, los mismos que intentaron matarla y le prohibieron ir a clase.
 

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