El Gobierno de Marruecos anunció durante el transcurso de la
jornada de ayer lunes que se dispone a desmantelar los
campamentos ilegales de inmigrantes que esperan el momento
para pasar a las ciudades de Ceuta y Melilla, al término de
la operación extraordinaria de regularización de estos
extranjeros emprendida en 2014.
En una rueda de prensa para presentar este balance, que ha
permitido regularizar a 18.000 personas, de un total de
28.000 solicitantes, el ministro delegado de Interior
(“número dos” del ministerio), Charki Drais, ha explicado
que los emigrantes allí establecidos “causan daños y
destruyen los bosques”.
Drais ha dicho posteriormente que ese desmantelamiento se
hará “muy próximamente” pero no ha querido hacer más
precisiones, aunque la noticia ha sido bien acogida por las
autoridades españolas ya que de ser así la presión
migratoria podría verse disminuída considerablemente.
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