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					Alrededor de 50 delegados sindicales del Servicio Público de 
					Empleo Estatal se encerraron ayer en el despacho de la 
					ministra de Empleo y Seguridad Social “ante el desinterés 
					que la máxima responsable del ministerio demuestra por el 
					deterioro que sufre el organismo encargado de pagar las 
					prestaciones por desempleo”. Un encierro que duró varias 
					horas hasta que los representantes de los trabajadores 
					consiguieron que la secretaria de Estado de Empleo se 
					comprometiera a reunirse de forma urgente con ellos. El 
					encuentro se celebrará hoy, según informaba ayer CCOO, para 
					señalar como tras esta protesta parece que ha aflorado “una 
					cierta corriente de comprensión”. 
					 
					“No era difícil -señala CCOO como portavoz de todos los 
					sindicatos que estuvieron en la protesta- ya que no son 
					pocos los déficit que vienen a coincidir en el organismo 
					encargado de garantizar el pago de las prestaciones por 
					desempleo. Hay una acentuada carencia de plantilla, hay unos 
					niveles preocupantes de precariedad en la misma, hay un 
					desajuste incomprensible entre la capacitación técnica 
					necesaria y la realmente existente, hay una presión 
					insoportable sobre quienes trabajan en el SEPE y a todo ello 
					es necesario añadir la falta de medios técnicos y 
					materiales”. 
					 
					Ante esta situación que trasladan los sindicatos, ahora los 
					delegados esperan que la reunión de hoy sirva para abordar 
					un primer análisis de situación así como determinar qué tipo 
					de medidas y soluciones es posible aplicar al Servicio 
					Público de Empleo Estatal. 
					 
					“Esperemos que ello suponga un cambio de orientación en la 
					forma de abordar las necesidades del SEPE, se superen las 
					dificultades que se han venido poniendo de manifiesto en los 
					últimos años desde diferentes órganos de la Administración 
					General del Estado y que con ello estemos en condiciones de 
					garantizar el funcionamiento de un organismo sobre el que 
					recae un nivel de requerimiento ciudadano de unas 
					dimensiones abrumadoras”, manifiestan los sindicatos para 
					alertar: “No podemos permitir que el Organismo fracase en su 
					gestión. Son millones de personas las que quedarían en una 
					posición difícil”.  
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