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sociedad - DOMINGO, 15 DE MARZO DE 2015


José María Contreras, Ándres Muñoz, y Diego Cano. v.s.c..

ENTREVISTA / Seminaristas del Obispado de Cádiz y Ceuta
 

«En la sociedad hay una falta de compromiso generalizada, no sólo en la práctica religiosa»

Diego y José María son dos seminaristas de la
Diócesis de Cádiz y Ceuta que han viajado a la ciudad junto con uno de sus formadores, Andrés Muñoz, para dar a conocer la realidad del seminario y animar a los jóvenes a sentir la llamada de Dios
 

CEUTA
V. Saura

ceuta
@elpueblodeceuta.com

José María Contreras y Diego Cano son dos de los 14 seminaristas que en este momento estudian en el seminario de Cádiz y Ceuta. A sus 18 y 26 años, respectivamente, tienen claro que su compromiso está en la vida consagrada a Dios, pero también reconocen que la sociedad actual puede ser una barrera para jóvenes que como ellos sienten la llamada de Dios pero que no se atreven a dar el paso por temor a la reacción de su entorno. Por ello, este fin de semana han estado en la ciudad para dar a conocer la realidad del seminario y ayudar a los jóvenes que quieran seguir sus pasos. Junto a ellos ha viajado uno de sus formadores, el padre Ándres Muñoz, muy vinculado a Ceuta ya que fue vicario parroquial de la iglesia de África.

Pregunta.- En las últimas décadas parece que los jóvenes están más alejados de la Iglesia, ¿tienen la percepción de que eso es verdad cómo jóvenes que son?


Respuesta (Diego)- Más que distanciamiento de la Iglesia o de Dios creo que hay una falta de compromiso generalizada, no solamente en la práctica religiosa. Los jóvenes, como todos los seres humanos, tienen una sed de Dios, de sentido de la vida y de trascendencia, pero la cultura actual cuesta mucho el esfuerzo y el compromiso. Esto se ve incluso con los matrimonios, ya que no sólo han bajado las vocaciones al sacerdocio o la vida consagrada, sino también el número de matrimonios porque exige un compromiso muy fuerte con la otra persona, y ahora se buscan relaciones más fáciles.

P.- ¿Cómo recuerdan el momento en el que comunicaron que iban a entrar al seminario?

R. (José María)- Yo aproveché que tenía fiebre, estaba toda mi familia pendiente y aproveché para decírselo a mi madre. La que más pegas me puso fue mi abuela, que es la más religiosa de la familia, pero me decía que era muy joven y que cómo me iba al seminario. Al principio chocó, porque no es algo muy común, pero se lo tomaron bien.

P.- ¿Y en el círculo de amigos?

R. (J.M.)- De ‘chalao’ no me bajaban... Les chocó porque todos los que están en bachiller la idea que tienen es terminar y hacer una carrera y tener una familia, por eso a mis amigos les sorprendió bastante.

P.- ¿Creen que la sociedad puede ser una barrera a veces para jóvenes que quieran entrar al seminario?

R. (J.M.)- Creo que sí, porque si estas en una sociedad en la que no importa Dios y en la que no se quiere el compromiso, y te dejas llevar por esa mentalidad, sigues la corriente. Ahora todo el mundo se deja llevar por el ‘carpe diem’, vive el momento pero no se preocupa por el mañana y para plantear una vocación como el seminario tiene que importante el mañana.

P.- ¿Cómo se puede cambiar esa falta de compromiso?

R. (D.)- En primer lugar con el testimonio. Hoy en día hay mucha gente insatisfecha, aunque no lo parezca porque se da una fachada de felicidad, pero que cuando se confiesa muestra que no es feliz. Si estas personas ven a los padres de familia, a los sacerdotes o los mayores que van a misa y ven a los cristianos alegres, es un acicate para que digan que quieren ser como esas personas que tienen un compromiso y que son felices.

P.- ¿Cuál es la misión con la que estos días han estado en Ceuta?

R. (Ándres Muñoz)- Hemos venido a hacer la campaña del seminario, algo tradicional en torno al día de San José, cuando los seminaristas, junto con sus formadores, van a distintos puntos de la diócesis a dar a conocer la realidad del seminario, la vocación sacerdotal y a ayudar a los jóvenes que se lo estén planteando a que sientan un poco más fuerte la llamada de Dios. Así como a pedir a los fieles que recen mucho por nosotros y por las vocaciones, que hace mucha falta.

P.- ¿Qué le dirían a un joven que está planteándose entrar al seminario?

R. (J.M.)- Le diría que no tenga miedo y le recordaría el lema del seminario de Zamora que dice que ser sacerdote no merece la pena, sino que merece la vida. Por eso le animaría a que le preguntara a Dios que quiere de él. (D.) Yo le diría, no sólo a los jóvenes sino a gente de todas las edades, que todos tenemos una vocación, no solamente los que Dios nos llama a ser sacerdotes, y tenemos que esforzarnos para descubrirla. Dios no llama al más capacitado, sino que capacita al que llama, y si Dios nos llama es porque vamos a ser más felices así.
 

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