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					La Consejería de Sanidad y Consumo, con motivo del Día 
					Mundial de la Tuberculosis, hace balance de su trabajo en 
					ese ámbito y recuerda que, mediante el II Plan de Salud de 
					la Ciudad de Ceuta, contempla entre sus objetivos generales 
					ampliar y potenciar su programa específico de prevención y 
					control de esa enfermedad. Entre sus líneas de actuación, 
					aparte del control, seguimiento y búsqueda activa de casos, 
					tiene el control y seguimiento de los enfermos de 
					tuberculosis declarados en Ceuta, así como el estudio 
					sanitario de los contactos de estos. El año pasado fueron 20 
					los casos diagnosticados. 
					 
					Junto con otras actuaciones, contempla también el 
					conocimiento y seguimiento de la incidencia de la enfermedad 
					en Ceuta y, para ello, realizará un nuevo estudio del riesgo 
					anual de infección entre la población infantil que abarcará 
					a todos los niños de siete años escolarizados. Con estos 
					resultados, Sanidad tendrá un mayor y mejor conocimiento de 
					la situación real de la tuberculosis en Ceuta. 
					 
					En el año 2014 se diagnosticaron en Ceuta 20 casos de 
					tuberculosis pulmonar y fueron atendidos por esta patología 
					2 pacientes transeúntes, sin residencia aquí, y 4 pacientes 
					desplazados de otros puntos de España. Este dato indica una 
					tasa de incidencia de 23,53/100.000 habitantes.  
					 
					Desde la Consejería subrayan que todo el trabajo realizado 
					para luchar contra esta enfermedad en Ceuta no sería posible 
					sin la colaboración existente entre las administraciones 
					local y nacional en lo que se refiere tanto a los enfermos 
					como a sus contactos. El resultado más importante se percibe 
					en la agilidad del estudio y tratamiento en los casos que 
					procede.  
					 
					Los Servicios de Neumología, Microbiología y Medicina 
					Preventiva del Ingesa y la Unidad de Tuberculosis de la 
					Consejería de Sanidad garantizan, con su trabajo coordinado, 
					una atención temprana a los pacientes y un estudio minucioso 
					de su entorno. 
					 
					¿Por qué el 24 de marzo? 
					 
					El 24 de marzo de 1892, el doctor Robert Koch descubrió el 
					bacilo de la enfermedad, el Mycobacterium Tuberculosis, y 
					con motivo del Día Mundial de la Tuberculosis recordamos a 
					toda la comunidad que tenemos un trabajo y una investigación 
					pendiente para erradicar esta enfermedad. 
					 
					La tuberculosis sigue siendo uno de los mayores problemas 
					mundiales de salud pública, con cerca de 2.000 millones de 
					personas infectadas a día de hoy en todo el planeta. En 
					España, ese dato oscila entre 12 y 15 millones. Según datos 
					de la ONU, en 2014 enfermaron de tuberculosis cerca de 8 
					millones de personas y 1,5 millones fallecieron a causa de 
					esta enfermedad, que afecta particularmente a las 
					comunidades más pobres y marginadas. 
					 
					El número aproximado de personas que enferman de 
					tuberculosis cada año está disminuyendo aunque muy despacio. 
					Ello quiere decir que el mundo está en camino de cumplir el 
					Objetivo de Desarrollo del Milenio consistente en detener la 
					propagación de esta enfermedad de 2000 a 2015. 
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					Una estrategia mundial para un problema de todo el planeta 
					El año pasado, la Organización 
					Mundial de la Salud aprobó una ambiciosa estrategia para los 
					próximos 20 años para poner fin a esta epidemia mundial. El 
					lema es: Cambiemos de marcha para acabar con la 
					tuberculosis. En la estrategia se fijan objetivos y se 
					perfilan distintas medidas que habrán de adoptar los 
					gobiernos y los asociados para prestar una atención centrada 
					en el paciente y, también, para implantar políticas y 
					sistemas que posibiliten la atención a la tuberculosis y su 
					prevención y que impulsen la investigación y la innovación 
					necesarias para acabar con la epidemia y eliminar esta 
					enfermedad. Esta estrategia mundial tiene como objetivos la 
					atención y la prevención y, para ello, hace énfasis en el 
					diagnóstico precoz, cribado sistemático de contactos de 
					pacientes y grupos de alto riesgo, tratamiento de las 
					personas enfermas y manejo de las comorbilidades. Además, es 
					necesario desarrollar una política sanitaria para esta 
					atención y prevención 
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