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                     Casi todos los analistas han 
					coincidido en el titular: “Susana Díaz y el PSOE arrasan en 
					Andalucía”. Debo decir que mi conclusión no es la misma, lo 
					cual no quita, como es lógico, que los 15 escaños de 
					Podemos, aun siendo un número nada desdeñable, me sentaran 
					en un primer momento como una patada. Podemos aspira a ganar 
					las Generales de noviembre. Podemos no nació para resistir, 
					sino para ganar. Es una responsabilidad histórica, pero eso 
					no significa que debamos perder la perspectiva a la hora de 
					analizar resultados y tendencias. 
					 
					A menos de un año de las elecciones europeas, donde irrumpió 
					con un 8%, y en una región de voto conservador (que no de 
					derechas), Podemos ha logrado hacerse con un 15%, es decir, 
					que ha cosechado cerca del doble de lo conseguido aquel 
					histórico 25-M. Con distinta suerte en los diferentes 
					escenarios, Podemos continúa avanzando, siendo su objetivo 
					el mismo que hace tres días: asaltar los cielos. 
					 
					Antes que nada, debemos partir de que Andalucía es, por 
					excelencia, la casa del PSOE a nivel electoral. Asumiendo 
					esta realidad, lo cierto es que, por mucho que se pretenda 
					trasladar a la opinión pública que Susana Díaz constituye 
					“oro puro” para las urnas, los socialistas siguen cuesta 
					abajo. Vayamos a los datos. 
					 
					El peor resultado, en cuanto a escaños, del PSOE en 
					Andalucía, data de 1994, cuando se quedó en 45 sillones. 
					Desde entonces fue siempre en ascenso, oscilando entre los 
					50-60, dando otro batacazo hace tres años. Entonces se 
					quedaron en 47 escaños, casi a la altura de los números de 
					1994, diciéndose que la situación de los del puño y la rosa 
					en su mejor plaza pintaba fatal. El domingo, el PSOE no sólo 
					se quedó con el mismo número de asientos que en el 
					“fatídico” 2012, sino que perdió votos. Hace tres años, con 
					1.527.923 votos, los socialistas estaban de luto. Hoy, con 
					100.000 menos dan saltos de alegría. ¿Qué es lo que hace que 
					lo que ayer era un fracaso hoy pase a ser un éxito? Que al 
					rival le vaya aún peor. Los andaluces confían menos en el 
					PSOE que hace tres años, lo que ocurre es que el Partido 
					Popular ha perdido, ni más ni menos, que 17 escaños, un 
					claro castigo hacia las políticas antisociales del Gobierno 
					Central de Mariano Rajoy. El Partido Socialista se muestra 
					así como un partido que sólo puede aspirar a “quedarse más o 
					menos como está”, a perder lo menos posible. No ilusiona y 
					su estrategia se basa en que los populares ilusionen aún 
					menos.  
					 
					En mi opinión, la tendencia que muestra Andalucía es la 
					siguiente: frente a un PSOE incapaz de recuperar la 
					confianza perdida y un PP que se descalabra, Podemos 
					continúa abanderando las ganas de cambio, seguido de 
					Ciudadanos y a la vez que Izquierda Unida, como ha dicho 
					Juan Torres, “demuestra haber llegado tarde a todo”, un 
					hecho que nos duele a muchos que sabemos reconocer que si 
					durante los años en que todo el mundo callaba hubo una 
					fuerza que a nivel nacional se opuso a los dogmas 
					ideológicos que nos han traído hasta aquí esa fue Izquierda 
					Unida, fuente de esos “imprescindibles” de los que hablaba 
					Bertolt Brecht. 
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