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OPINIÓN - VIERNES, 27 DE MARZO DE 2015

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Nunca a lo largo de mí vida, como presentador de espectáculos, he contado nada de ninguna de las anécdotas que me han sucedido con los artistas, nacionales e internacionales, con los que tuve el honor de compartir escenario.

Sin embargo, por el interés que tuvo para hacerme abrir los ojos sobre asuntos políticos, voy a contar lo que sucedió con “Los Dominicanos”, una pareja formada por Rafael y Esperanza, magníficos artistas y mejores personas, a los que presenté en varias ocasiones, lo que dio lugar a que naciera, entre nosotros, una buena amistad.

Actuaban en el Ceutí, cuando la entidad estaba sita en donde se ubicaba al UNED. Todo sucedió cuando estábamos en el camerino charlando de mil y unas cosas antes de que empezaran su actuación. La puerta se abrió de pronto, y aparecieron dos individuos, uno de los cuales me era muy conocido, por haber compartido muchas horas cuando éramos jóvenes.

Le fui a saludar a aquel conocido que había nacido en el Patio de la Tahona, con la alegría que le da a uno de ver a alguien que conoce después de muchos años sin vernos, cuando me apartó de mala manera y dirigiéndose a Rafal le dijo: Ustedes no tienen nada de dominicanos, ustedes son cubanos y vamos a hablar cuando termine el espectáculo.

A Rafael y Esperanza se les cambió la cara, borrándosele la sonrisa y mostrando un gran miedo ante aquellos dos personajes. No tuve más remedio que intervenir, para ayudar a mis amigos ante aquel trance de terror que estaban pasando. Dirigiéndome a mi conocido le pregunte, y tú quién eres para amenazar a nadie. Me miró de arriba abajo, contestándome soy comandante del ejercito cubano.

Me quedé mirando, a aquel analfabeto, porque era analfabeto que fue en escasa ocasiones al colegio: Eso será en Cuba aquí tú no eres nadie, para amenazar a estos amigos, ni a nadie. Esto es España y aquí Fidel no pinta nada. Así que largo de aquí. Por cierto, me imagino que siendo comandante del ejército cubano, al menos habrás aprendido a leer y escribir, porque cuando niño eras analfabeto.

Me volvió a mirar de la misma manera y me contestó: ten cuidado y no te pases, ni te la des de listillo, ni mientes para nada al comandante Fidel.

Mi contestación no se hizo esperar: Lárgate de una vez, con viento fresco tú y este personaje que será otro igual que tú, un analfabeto mas de ese ejército cubano. O te vas o llamo a la policía. Tú decides. No dijo nada más y se marcharon.

Mis amigos actuaron como dos grandes profesionales, sin que se les notará el miedo que habían sentido con aquella inesperada visita. Sin embargo yo si que aprendí de aquella lección. Comprendí cómo se había formado ese ejército cubano, y los motivos por los cuales los grande hombres, la mayoría de ellos intelectuales que apoyaron a Fidel en esa revolución, unos se iban marchando de su lado, otros eran encarcelados y algunos asesinados como fue el caso del Ché. Ellos no habían luchado para apoyar la dictadura de Fidel. Habían luchado para mejorar la situación del pueblo cubano, no para llevar Cuba a la dictadura impuesta por Fidel.

Desde entonces ni creo en los populistas, ni en los “salva Patrias”. Son dictaduras, puras y duras.
 

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