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ACTUALIDAD - LUNES, 6 DE ABRIL DE 2015


operacion contra el yihadismo. CEDIDA

Yihadismo/Mujeres en el Estado Islamico
 

Muchas de las mujeres españolas integradas en ‘EI’ son de Ceuta

Según estudio hecho por el RIE, se trata de nacionales descendientes de inmigrantes
 

CEUTA
Antonio García

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La movilización de combatientes a Siria e Irak con el fin de integrarse en las filas del autoproclamado Estado Islámico (EI) está cobrando proporciones hasta ahora desconocidas. Según estimaciones del ICSR londinense, unos 20.000 individuos se habrían desplazado a esta zona de conflicto para, en su mayoría, incorporarse a la organización yihadista liderada por Abu Bakr al-Bagdadi, de los cuales, siguiendo al Institute for Strategic Dialogue, cerca de 4.000 procederían de Europa Occidental. Entre ellos se contarían 550 mujeres –un 13,7% del total–, de las que algunas emprendieron su migración (muhajirah) desde España, que en la mayoría de los casos son nacionales nacidas y residentes en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, según explica la investigadora del Real Instituto Elcano, Carola García Calvo, en su comentario Elcano titulado Las mujeres del Estado Islámico.

Según explica la investigadora en su trabajo, el papel que a estas mujeres se les reserva dentro de EI ha sido ampliamente discutido recientemente en los medios de comunicación, apuntándose la emergencia de una nueva subcultura yihadista femenina que las otorgaría funciones más operativas, superando los clichés de género establecidos, acomodados en este particular tanto a las fuentes islámicas tradicionales como al ultraconservadurismo propio de la ideología del salafismo yihadista que abandera EI.

En el caso de España, desde la primera condena dictada por delitos relacionados con el terrorismo yihadista, en el año 1996, y hasta 2012, un total de 84 individuos fueron sentenciados en firme por delitos relacionados con el terrorismo yihadista, de los cuales ninguno era mujer.

Fue a partir de 2013, ya en el contexto del conflicto de Siria e Irak, la situación cambia, apareciendo casos de mujeres movilizadas, impulsadas tanto por sus parejas como por iniciativa propia, tras haber sido captadas y radicalizadas –normalmente a través de redes sociales– por entramados conectados a EI. Según los testimonios de sus familias, en su mayoría se fueron seducidas por una visión romántica de la vida en el Califato, mientras solo una pequeña proporción lo hizo con voluntad de implicarse en primera línea de combate, algo que finalmente no llegaría a producirse, ya que la práctica activa de la violencia queda muy lejos de la idea de EI de lo que entraña la yihad femenina.

En torno a un 10% de los más de 90 desplazados al conflicto desde nuestro país en la actualidad son mujeres –proporción en sintonía tanto con el total registrado en países occidentales, como con el idéntico 10% de mujeres movilizadas del caso británico–. A estas desplazadas desde España hay que sumarles otras 10 mujeres que han sido detenidas antes de alcanzar el objetivo de instalarse en el Califato, expllica la investigadora en su trabajo.

Atendiendo al perfil de estas, y contraponiéndolo al de sus contrapartes masculinos, existen algunos matices en su caracterización que merecen ser resaltados. Así, las mujeres detenidas en nuestro país en el marco de las grandes operaciones antiterroristas llevadas a cabo a partir de 2013 son más jóvenes que los varones: su edad oscila entre los 14 y los 32 años, siendo dos de ellas menores de edad, mientras que el rango de edades de los varones se fija en la horquilla que va desde los 22 hasta los 53. También difieren en lo que a su estado civil se refiere: si la mayoría de los varones estaban casados, entre las mujeres encontramos a un buen número de solteras que pretendían contraer matrimonio con algún muyahidín a su llegada al territorio ocupado.

Descendientes de inmigrantes

En lo que sí coinciden es que la mayoría son nacionales españolas descendientes de inmigrantes (predominantemente marroquíes), nacidas y residentes en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y, de manera incipiente, también la Comunidad Autónoma de Cataluña, denotando una vez más la eclosión del yihadismo español.

A la luz de lo expuesto, y a pesar de ser cierto que las mujeres desempeñan un papel relevante en el corazón de la yihad, la investigadora dice que “no podemos concluir sino reafirmando la desigual posición de éstas dentro de EI”. Hasta la fecha, el papel que se les reserva “está muy alejado de la primera línea de combate”, protegido (y constreñido) por los muros del hogar, en un activo a la par que mediático segundo plano.
 


Las redes de captación aprovechan la capacidad de las mujeres para la difusión de la propaganda

Las redes de captación de Estado Islámico no desaprovechan la gran capacidad de las mujeres para la difusión de propaganda y la captación de nuevas militantes a través de sus perfiles en las redes sociales, en los que abundan los relatos sobre la crisis de valores en Occidente y la frustración derivada de las dificultades para practicar su religión en sus Estados de origen enfrentados a la expresión de lo satisfactorio de vivir junto a sus “hermanas” y “vivir honorablemente bajo la ley de la Sharía”, difundiendo una visión idílica del proyecto de vida que les ofrece EI.

Estas mujeres, se explica en el trabajo realizado por la investigadora Carola García Calvo, basándose en un trabajo empírico de Caroly Hoyle, Alexandra Bradford y Ross Frenett, apoyan el uso brutal de la violencia con la misma intensidad que sus contrapartes masculinas, y así lo manifiestan desde los referidos perfiles en redes sociales, aunque son muy pocas las que muestran interés por practicarla de forma activa.
 

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