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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 8 DE ABRIL DE 2015

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

4 de abril de 1995

Por Jesús González


Hay fechas para olvidar y otras para recordar. Entre estas últimas se halla la fecha que encabeza estas líneas: 4 de abril de 1995. Es el día, el mes y el año en que se contabiliza el nacimiento de “El Pueblo de Ceuta”. Ese día, martes, apareció, eso sí, tímidamente en los quioscos de nuestra ciudad. Cuando fue colocado con delicadeza, como correspondía a un recién nacido, en los mostradores de los quioscos, debió de haberse sentido un tanto incómodo y asustado al verse rodeado de otros periódicos mucho mayores: ABC, La Razón, El País, El Mundo, El Faro de Ceuta, Marca, AS. Algunos de ellos, por su edad, ya peinaban canas. En las páginas de sus mayores se podía leer que la Organización de las Naciones Unidas había declarado a 1995 “Año mundial de conmemoración de las víctimas de la Segunda Guerra Mundial” y “Año de las Naciones Unidas para la tolerancia”. Y, curiosamente, el día 8 de ese mes de abril de 1995, tan solo cuatro días después, en la ciudad de San Antonio de Chile nació el diario “El Líder de San Antonio”, que, al igual que El Pueblo, sigue su feliz andadura cotidiana. Contaba El Pueblo de Ceuta con seis meses de edad, en el mes de octubre de aquel 1995, cuando fue testigo de un hecho que conmocionó no sólo a Ceuta, sino a toda España, y fue el principio de una pesadilla que ha condicionado la vida de los ceutíes, la de los españoles y la de los europeos, la inolvidable revuelta de los inmigrantes hacinados en el Ángulo. Aquello fue un aldabonazo en las conciencias de los ciudadanos de que estábamos asistiendo al comienzo de un nuevo tiempo y, a la vez, diciéndole adiós al mundo de ayer. Desde entonces acá, la inmigración se ha instalado en el mismo centro de la vida de los españoles.

La andadura de El Pueblo de Ceuta no ha sido fácil, no ha sido un camino de rosas para conseguir hacerse un hueco en los quioscos en estos veinte años y conseguir, asimismo, el favor de los lectores ceutíes. Lectores que ya habían visto nacer y desaparecer algunas otras cabeceras periodísticas. No se nos oculta que El Faro de Ceuta ejercía por aquel entonces una indiscutible hegemonía, un monopolio, en el mundo de la prensa desde la atalaya de sus sesenta años de existencia. Y no sólo contaba con el favor de los lectores, sino con el de las diferentes administraciones y estamentos de la ciudad. Sí, qué duda cabe, no fue fácil acostumbrar a los ceutíes a que, al acercarse al quiosco, tuvieran la posibilidad de elegir entre dos cabeceras locales. Dos mejor que una, qué duda cabe. La pluralidad siempre es beneficiosa, en este caso, para los lectores, que, a fin de cuentas, es a quienes van dirigido los periódicos. Han sido veinte años de dificultades, de eludir obstáculos, salvar zancadillas y, cómo no, de conseguir éxitos, entre ellos la confección del diario en la misma ciudad. Un periódico “hecho para Ceuta y en Ceuta”, como se pudo leer en el editorial de El Pueblo de Ceuta el pasado día 4. Al principio, era natural, el lector se acercaba al quiosco y, con cierta timidez y curiosidad, echaba un vistazo rápido a El Pueblo de Ceuta. Sesenta años de monopolio de El Faro de Ceuta en los quioscos habían dejado una huella indeleble tanto en el paisaje ceutí como en el paisanaje. Hoy día, los lectores de El Pueblo de Ceuta se cuentan por millares. Han hecho de él su periódico de referencia y le son fieles. Son fieles al fondo verde de su ‘mancheta’. Parece, en efecto, que El Pueblo de Ceuta ha elegido el color verde como distintivo, como divisa. Así, hojeando –u ojeando– sus páginas, es ese color, precisamente, el que se destaca de entre otros posibles. El periódico es gratamente manejable, atractivo, cercano y se hace familiar.

Según se pudo leer en el editorial del pasado día cuatro, la empresa editora de El Pueblo de Ceuta ha llevado a cabo una notable inversión en el diario, adquiriendo la tecnología más moderna y de alta calidad, para que esté en los quioscos a disposición de sus fieles lectores sin que los temporales de nuestro Estrecho hagan inviable que El Pueblo de Ceuta pueda ver la luz cada día en nuestra ciudad. Y, asimismo, está en el ánimo de la empresa editora, pues así se anuncia en el editorial del día 4, de seguir mimando a este ‘jovencito’ de 20 años para que siga siendo un periódico de referencia, indispensable e ineludible para los ceutíes en los años futuros, con novedades y mejoras que serán, indudablemente, de interés para todos los que nos contamos como fieles a este periódico, que no es otro que El Pueblo de Ceuta. Como no podía ser de otra manera, sus lectores nos felicitamos y congratulamos por que haya alcanzado los 20 años de edad y mire el futuro con optimismo. Así podríamos decir, respecto de El Pueblo de Ceuta, que “nada importante se hizo sin entusiasmo”. O, trayendo aquí al poeta W. B. Yeats, “se tenga suerte o no, deja huella el afán”.

(PD: Recuerde: faltan 20 semanas para celebrar el 6º Centenario de la conquista de Ceuta por los portugueses: el 21 de agosto de 2015)
 

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