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No se entiende por qué aún se
sigue manteniendo, sólo en Ceuta y en Melilla, el copago
hospitalario, después de que el actual ministro de Sanidad,
Alfonso Alonso, concluyera en que no tenía mucho sentido
mantenerlo. La medida puesta en vigor por la anterior
ministra, Ana Mato, ha sido un verdadero fracaso y la
mayoría de las autonomías, con independencia del color
político de cada una de ellas, se opusieron en bloque y no
lo aplicaron.
Pero aunque muchos no lo crean, una cosa es anunciar la
retirada de la medida impuesta y otra, muy distinta, es que
se desarrolle la orden para su retirada, como bien reconoció
el director general del Ingesa, Díaz Melguizo, que en una
entrevista concedida a este diario dejó claro que solo
estaba a la espera del desarrollo de la mencionada orden
para que el copago hospitalario dejara de existir. Pero como
siempre, las cosas de palacio van despacio y mientras los
competentes no se decidan a firmar el papelito de rigor, los
ceutíes seguirán siendo, en lo que se refiere al copago
hospitalario, ciudadanos distintos al del resto de las
autonomías de este país.
Pero lo peor del caso no es eso, si no que curiosamente son
muchos los gobiernos autonómicos que están en manos del
Partido Popular y que, según la respuesta ofrecida por el
Gobierno a la pregunta formulada por la diputada socialista,
Puerto Gallego, no aplican la medida.
Ante esta situación, la pregunta se viene a la mente de
inmediato, ya que estamos hablando de una situación que se
torna totalmente injusta. ¿Es Ceuta una verdadera
autonomía?, porque si es así, el Gobierno de Vivas ya se
había tenido que mover para que el copago sanitario no
existiese.
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OPINIÓN / EDITORIAL
