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OPINIÓN - SÁBADO, 18 DE ABRIL DE 2015

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
opinion
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Mal acaba, lo que mal empieza. Lo que se pensó, desde un principio, que la presencia de Arturo Mas en la inauguración de la cumbre de Barcelona iba a ser, en cuanto le dieran la palabra, una reivindicación nacionalista, nadie se equivocó, porque eso fue lo que sucedió en las palabras que pronunció el Arturo Mas, una reivindicación nacionalista en toda regla por parte del presidente de la Generalitat ante los 32 ministros de Exteriores de la UE y del sur del Mediterráneo.

Mariano Rajoy, el presidente de todos los españoles, incluidos los catalanes, porque Cataluña es España, menos para el Arturo, el Junquera y los cuatrocientos que le aplauden, en cuanto hablan de independencia, le dio la replica corrigiendo al Arturo la decir “Barcelona es capital española”

Allí, lo que realmente escucharon, todos los invitados, fueron dos visiones antitéticas de una misma realidad política, histórica y cultural. El Arturo dio la bienvenida a Barcelona como “capital mediterránea y europea”, sin pronunciar ni una sola vez la palabra España.

No se podía esperar otra cosa, de la intervención del Arturo. O sea que sus palabras estaban más que cantadas y más sonadas al oído de los españoles que las maracas de Machín. Naturalmente, que la culpa de la intervención del Arturo, no fue suya sino de aquellos que lo invitaron a sabiendas de lo que iba a pasar, en cuanto tomase la palabra.

No se, en verdad, por qué razón hay tanta complacencia con el presidente de la Generalitat de Cataluña, que no quiere a España. Como no se, por qué razón le tenemos quedar más dinero a Cataluña que a ninguna otra Comunidad Autónoma. Hay cosas, que se hacen a favor de Cataluña, que muchos españolitos de a píe no lo entendemos.

Ni, por supuesto, entendemos esas deferencias hacía una región de España, que nos niegan setenta veces siete, cuando si no fuese por la ayuda que le presta España iban a pasar más hambre que un caracol en un espejo.

La cosa está clara como el agua, con una deuda de más de 60.000 millones de euros, sin pertenecer a la UE en cuanto fuese independiente. Y en hipotético caso de que esa independencia se consiguiese, se verían más sólo que la una, con una deuda de aquí te quiero ver y la salida masiva de las grandes empresas, de hecho algunas se han marchado, otras se están marchando y el resto ha avisado, a todos estos independentistas, que se llegado el caso se marcharían de forma inmediata. Todo ello dejaría a Cataluña en la ruina total.

Por todo esto, cuando el pueblo se ha puesto a pensar en la situación en la que quedarían de declararse la independencia, el número de antiindependentistas, aumenta de forma considerable cada día, lo que trae de cabeza al Arturo, al Junquera ya todo esos independentistas de pacotillas, cuya capacidad intelectual, se encuentra a tres sobre cien.

En las próximas elecciones el Arturo que pierde una jartá de votos en cada una de ellas volverá, de nuevo, a peder una buena cantidad de ellos. Adiós, Arturo, Adiós.
 

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