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cultura - DOMINGO, 24 DE MAYO DE 2015


juan antonio palacios. fran montes.

Entrevista / Juan Antonio Palacios, escritor
 

«Mi libro es un juego entre el ver, el pensar y el sentir al que el lector tiene que poner voz y color»

Palacios, que nos invita en su sexto libro a
 rebelarnos contra la injusticia y adoptar un tono crítico ante los actuales problemas que sufre la sociedad, se confiesa un retratista antes que un cronista
 

ALGECIRAS
Martín Serrano

ceuta
@elpueblodeceuta.com

UN ENSAYO PARA PENSAR.- el escritor que tantas señas de identidad guarda con Ceuta nos presenta su sexta obra, ‘Pitos y flautas’, el próximo jueves en la biblioteca pública del estado ‘adolfo suárez’, a partie de las siete y media de la tarde. En esta ocasión cuenta con el prólogo del abogado Darío Jurado y de las viñetas de Carlos Villanueva, que con su fino humor complementa una obra en la que Palacios invita a sus lectores a hacer un nuevo ejercicio de crítica ante una sociedad que presenta numerosas carencias. Es éste un libro que no puede ser ajeno al fenómeno de la corrupción y de cómo la práctica de la misma nos está afectando a todos. En el acto estará acompañado por el director de la biblioteca, José Alarcón y el escritor e investigador, Francisco Sánchez Montoya.

Pregunta.- Por sexto año consecutivo presenta usted una nueva obra, en esta ocasión bajo el título ‘Pitos y flautas’ ¿por qué este título?


Respuesta.- Tal vez lo sintetice en la propia portada del libro con una cita personal que dice ”La vida es como la música, lo importante es seguir el compás”. Cada día como decía mi gran amigo Alfonso Perales tiene su afán, y nos levantamos dispuestos a hacer sonar nuestra voz en medio de la jungla de la realidad, a componer una sinfonía que en cada momento es distinta, por eso esta obra es una invitación para asistir de forma interactiva al gran concierto de nuestras vidas.

Quiere ser también humildemente una estimulación para rebelarnos ante la partitura de la injusticia y la indecencia desde la reflexión y el compromiso y pretende que nos entrenemos en el respeto a la diferencia pero desde la intransigencia a cualquier intento y modalidad de corrupción.

P.- ¿Qué nos va a sugerir este libro que lo diferencia de sus obras anteriores?

R.- ‘Pitos y flautas’ es un ensayo escrito de forma clara, sencilla y directa, donde a través de personajes y situaciones analizaremos juntos las causas de la crisis de liderazgo y el desapego social hacia la actual clase política española.

P.-Darío Jurado, que es su prologuista, se refiere a sus personajes como marionetas que usted maneja a su antojo ¿comparte usted esta apreciación?

R.-Tengo un profundo respeto por mis personajes y creo que Darío con gran acierto se refiere al juego literario que supone inventar escenarios donde colocar las figuras que yo mismo imagino, que en muchas ocasiones son un retrato de la observación de la realidad aderezadas con el condimento de la búsqueda del concepto y la palabra más adecuada a la situación. Pero si le digo la verdad, son ellos, mis personajes, los que terminan preguntándome y si me apuran llevándome donde ellos desean y paseamos juntos por su mundo que termina por no pertenecerme.

P.- Da la sensación que necesita usted acudir a estos personajes, que forman parte de una extensa galería de arquetipos, para dar un honesto análisis de la situación actual.-

R.- No le niego que me parece distinta de abordar muchos temas de los que nos afectan de manera amena. A lo largo de mis seis libros aparecen más de cien personajes, pero también el análisis de la realidad lo intento llevar a cabo a través de la observación de situaciones que se dan con mucha frecuencia pero que en muchas ocasiones parecen ocultas a nuestros ojos. Es un juego entre el ver, el pensar y el sentir que genera un producto siempre inacabado para que el lector le ponga su voz y su color.

No me considero un cronista, en todo un caso un retratista que llevado de su curiosidad y al pasar lo que mi ojo ve por mi interior, lo tiño de literatura y cuando llega al lector, éste le vuelve a dar su color personal pintando su propio cuadro y escribiendo su propio libro.

P.-Sabemos de su pensamiento de izquierdas a través de sus colaboraciones periodísticas en varios medios, ¿son sus libros una extensión más concreta y estudiada de ellas?

R.- Cada cual refleja en lo que escribe sus ideas, su manera de pensar y de ver la vida, su forma de relacionarse con el mundo y con los demás, y qué duda cabe que en mis libros se traduce y trasluce mi componente ideológico, pero si me permite con tres consideraciones en un espacio con más tiempo para la reflexión.

La primera es que, por muy ácido y duro que pueda parecer en mis planteamientos, jamás me coloco delante de la pantalla del ordenador con mentalidad ni predisposición de enemigo de nadie, es más le puedo asegurar que tengo grandes amigos y amigas en todas las opciones políticas. En segundo lugar, que no he sido atacado por el virus de la intolerancia y el sectarismo, por lo que siempre he procurado colocarme en el lugar y las gafas del otro y en tercer lugar que soy autocrítico conmigo mismo y critico con las actuaciones de quienes dicen defender las mismas ideas.

P.-Me ha llamado la atención que se refiere usted a su libro como un teatrillo, ¿explíquelo?

R.- Creo que es fácil y compleja a la vez, la explicación de esta figura literaria. Es como los chistes, que si se explican pierden la gracia. Si Calderón de la Barca nos retrataba en una de sus grandes obras ‘El gran teatro del mundo’, no voy yo a ser tan pretencioso de compararme al gran dramaturgo del siglo XVII, pero permítame usted la licencia que como observador, oyente y escribano invite al lector de forma simbólica a descorrer el telón y entrar en un mágico camino entre la realidad y la literatura para cada cual descubra la música que suena desde las páginas del libro y la que oye desde sus propias entrañas.

P.-Usted siempre acude a un amigo para que le prologue el libro, sin embargo en cuanto soporte gráfico ha cambiado de colaborador y ahora tenemos los dibujos de Carlos Villa-nueva, ¿qué aporta a ‘Pitos y Flautas’ este conocido dibujante?

R.- Efectivamente, tanto en el prólogo como en la ilustración he tenido la gran suerte de contar con grandes amigos. Me parecería un ejercicio de masoquismo innecesario haber contactado para tal fin con mis enemigos.

En lo que se refiere a las ilustraciones he tenido la suerte de que pusieran la nota gráfica en distintas obras Miguel Romero e Isabel Beneroso, ambos son amigos y con sus aportaciones han enriquecido mis obras. En este sexto libro, tener a Carlos Villanueva como ilustrador es todo un lujo, por ser uno de los más significativos y relevantes maestros de la viñeta periodística.

P.- ¿Su obra es didáctica o no pretende enseñar nada?

R.-Mi obra tiene un tono didáctico que está muy influenciado por mi formación psicopedagógica. Ahora bien, no pretendo enseñar nada sino reflexionar con los lectores para que cada uno descubra en sus páginas distintas perspectivas de una misma realidad a través de los perfiles de los personajes y del análisis de las situaciones.

P.-La literatura es un oficio que exige mucha dedicación, pero usted se muestra incansable en este sentido. ¿Es quizás porque necesita estar y opinar en un mundo que no le es ajeno?

R.-La literatura exige muchas horas de trabajo, y he de reconocer que tengo una cierta ventaja y es que necesito dormir pocas horas. Desde que estaba estudiando en Madrid me habitué a que con seis horas estaba despachado. Esto me proporciona más tiempo para la poder escribir, de tal manera que cuando se ponen las calles yo ya llevo dos horas de trabajo y además he de reconocer que suelo aprovechar para tal fin esas horas muertas de la cabezada y la pequeña siesta tras la comida

No es que necesite estar y opinar sobre lo que ocurre y nos sucede sino que no concibo mi papel de ciudadano desde una actitud pasiva, sino siendo elemento activo de la sociedad.

P.- ¿Qué siente cuando observa seis obras alineadas en el despacho de su mesa? ¿Es verdad que si bien provocan cariño también le dan fuertes dolores de cabeza?

R.-Escribir no es un fácil oficio, porque hay instantes de verdadero placer y otros de sufrimiento, pero sobre todo es entre otras muchas cosas una aventura apasionante. Reconozco que en alguien tan perfeccionista como yo, si pudiera cambiar muchas cosas de las que he publicado una vez que están en el papel impreso, lo haría. Pero creo que ese es un sentimiento común a cualquier escritor que se precie, por lo que si bien me provocan afecto, no es al producto terminado sino a las vivencias del proceso.

Y también he de reconocer, que contemplo el proceso creador como una constante permanente entre el deseo y la realidad, el buscar y el encontrar, el sufrir y el disfrutar. Te das cuenta que merece la pena porque es un camino de aprendizaje y crecimiento personal.
 

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