| 
                     No me lo puedo creer. Aquí parece 
					que cada uno va buscando “lo suyo”, no lo del partido, y así 
					se explica que el PSOE, en Ceuta, no pueda levantar cabeza, 
					desde hace muchos años, cosa que además de perjudicar al 
					propio PSOE, también perjudica a la Ciudad. 
					 
					Va siendo hora de que alguien con peso, con talante y con 
					ganas de que este partido vuelva a ser lo que fue, de un 
					puñetazo sobre la mesa y rompa, definitivamente, el intento 
					de constituir reinos de taifas que algunos parece que 
					quieren establecer ahí. 
					 
					Hace muy pocos días que Carracao, harto de no tener todos 
					los apoyos que debiera tener de la familia del PSOE, decidió 
					dejar todos los cargos, desde la propia Secretaría General 
					del partido. Intentó no hacer ruido y se abrió un nuevo 
					periodo hasta llegar a un Congreso Regional Extraordinario, 
					para también elegir en su día un nuevo secretario general 
					para Ceuta. 
					 
					El primero que saltó a la arena fue Hernández Peinado, pero 
					hace tan sólo dos días, en esta misma columna yo decía que 
					nada me extrañaría que saliera alguien más, cosa que es 
					normal y corriente, en casos como éste, pero con lo que no 
					contábamos era con las trampas o con que alguien intentara 
					hacerlas y mi sorpresa llega cuando, a las primeras de 
					cambio, veo que Manuel Hernández acusa al otro aspirante a 
					secretario general, Pablo Núñez, de juego sucio por usar 
					datos protegidos del partido, por enviar cartas a los 
					afiliados haciéndose su propia propaganda. 
					 
					Repito que, no me lo puedo creer, y sin tomar partido por 
					ninguno de los dos, no me extraña en absoluto el enfado de 
					Hernández Peinado cuando dice:” Quedamos en jugar limpio y 
					Núñez no lo ha cumplido, no ha obrado de forma limpia”. 
					 
					Y no hemos hecho nada más que comenzar, los problemas no 
					surgen desde fuera, todos los problemas, una vez más, están 
					dentro con situaciones emponzoñadas, con facciones 
					irreconciliables y con el partido más antiguo, a la deriva, 
					por no ser capaces de entenderse entre ellos, los propios de 
					casa. 
					 
					La acusación a Pablo Núñez es muy grave, le deja, en 
					principio, como un tramposo, como aquel que enturbia el 
					juego limpio antes de sentar las bases de un partido unido. 
					Le acusa Manuel Hernández de usar datos protegidos del 
					partido, en beneficio propio, para enviar su carta y pedir 
					el voto, cuando en período de avales está prohibido. 
					 
					Otra oportunidad, y van muchas, desaprovechada por el PSOE 
					para volver a ser lo que fue en 1982, por ejemplo, en una 
					época en la que dominaban y controlaban el partido una serie 
					de socialistas de verdad, no simples espontáneos que salen a 
					ver por donde se puede llegar antes a las alturas. 
					 
					Los resultados del PSOE, en las elecciones de hace menos de 
					un mes, fueron peores de los esperados. Es cierto que se 
					logró algo más pero, ni de lejos, lo que se esperaba y 
					llegados a esta situación no es extraño, porque durante los 
					años que Carracao estuvo al frente del PSOE de Ceuta tuvo 
					más zancadillas desde la propia casa que desde fuera y 
					ahora, aquel que llegue, ya lo podemos anticipar, va a tener 
					al enemigo en casa. Así no van a llegar a ninguna parte y ya 
					es hora de que alguno de éstos que intenta llegar se acerque 
					a cualquiera de los que quedan de finales de los 70, como 
					Arrillaga, y le pidan ayuda u orientación de cómo se trabaja 
					por un partido tan serio como era y ya lo es menos, el PSOE, 
					también en Ceuta. 
   |