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OPINIÓN - SÁBADO, 18 DE JULIO DE 2015

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Coherencia y lógica

Por fin el Gobierno de Vivas va entrado en razón, dejando a un lado las prisas y la precipitación con la que ha venido actuando desde que se destapara el escándalo con la publicación del listado de adjudicatario de 317 VPO de Loma Colmenar. Una precipitación que le ha costado más de un traspiés y no pocas contradicciones entre los argumentos esgrimidos por algunos de sus miembros. Como dice el refrán, más vale tarde que nunca.

El Ejecutivo ha vuelto a cambiar sus planes para la adjudicación de las viviendas, pero a diferencia de otras decisiones adoptadas en los últimos días, la anunciada ayer por su portavoz, Jacob Hacuel, está cargada de la coherencia y la lógica mínima que tenía que haber imperado desde el primer minuto. Llegados a este punto, ya sin retorno, y una vez decidido el proceso de adjudicación a seguir, lo lógico era disponer de los datos actualizados de todos aquellos que van a poder optar a una vivienda de protección pública.

Sin embargo, esta decisión debería ir acompañada de alguna asunción de responsabilidades, porque aunque desde varios sectores se pretende dar una sensación de normalidad, la relidad es que no es para nada normal que, sabiendo que existía una promoción de viviendas recepcionada desde el pasado mes de enero y que su adjudicación era inmimente, tenga que ser ahora cuando se proceda a la actualización de los datos de los demandantes de viviendas. ¿Qué ha hecho Emvicesa y el Gobierno durante todo este tiempo? Nada de lo que está pasado es normal. En este sentido, los seres humanos, cuando algo va mal, tenemos cierta tendencia a acusar a otros de que son los culpables de la situación, sin pararnos a pensar que nosotros también podemos tener una parte de la culpa de lo que está sucediendo. El presidente Vivas y su Gobierno aciertan frenando la alocada espiral en la que se habían metido, pero harían bien en reflexionar sobre que han hecho mal, reconocerlo y tomar las medidas oportunas para que no vuelvan a produdirse hechos como este. Nunca es tarde si la dicha es buena, aunque por el camino se ha dejado jirones de credibilidad.
 

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