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OPINIÓN - MARTES, 21 DE JULIO DE 2015

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Candidatura independentista
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Ya estamos con el juego de los separatismos y a nadie le debe haber extrañado el que un ex jugador de la Selección Española, cuya camiseta vistió, en muchas ocasiones, Guardiola, aparezca, aunque sea en último lugar, formando parte, no tanto de los que quieren ganar unas elecciones catalanas, cuanto, tras haberlas ganado, tirar por el camino de la separación para hacer defección de España.

Se está jugando con mucho peligro, desde hace varios meses, con lo que es la unidad del territorio español y ya va siendo hora de que, con la Constitución Española en la mano, se les ponga en la ruta de hasta donde se puede ir y por qué camino, frenando todo ese rollo que una serie de iluminados tratan de llevar a cabo y que sepan por una vez y para todas que la unidad del territorio español es intocable.

Desde las altas esferas políticas, desde el Gobierno, se ha dicho en repetidas ocasiones y especialmente días pasados, con energía, que eso no lo van a lograr, pero las palabras se las lleva el viento y no haberle cercado, por las buenas o por las malas, al iluminado Mas, nos puede traer todos los desaguisados que uno quisiera no tener que afrontar.

Lo de Mas es una especie de amago de tormenta, lo del de Ezquerra era más que sabido, desde hace tiempo, y lo de Guardiola que ya ha proclamado públicamente, hace tiempo, eso de “somos un país pequeñito ahí arriba” es una desvergüenza intolerable, porque con ello está demostrando que las veces que vistió los colores de la Selección Española lo hizo por interés propio, de lograr unas cuantas pesetas más o por revalorizarse un poco más como deportista de élite que era, pero no porque sintiera ni sufriera esos colores, algo que otros más, en la actualidad, han apuntado también y ya veremos donde terminan cuando ya no sirvan para ser titulares en la propia Selección o en sus clubes.

En más de una ocasión, hemos hablado ya de esto y siempre hemos dicho que ya hace unos cuantos años hubo un jugador que se descartó, antes de que se le llamara al combinado nacional. Éste jugó en los equipos que pudo jugar y nada más, pero a ese jugador tan separatista como el que más ni le seguimos los pasos, ni nos hemos molestado en citar su nombre, aunque tenemos que aceptar que fue sincero consigo mismo y con los demás. En cuanto a Guardiola, al que jamás he alabado ni criticado, en sus acciones como deportista, sólo le puedo desear que como deportista se mantenga cuanto más alejado de España mejor y que como “actuante político” su candidatura sea despreciada por dentro, como tiene que ser rechazada desde fuera de Cataluña.

La visita de Mas, hace muy pocos días, al Palacio de la Zarzuela fue la hipocresía más soterrada que podríamos encontrar. Ahora bien, ese “en son de paz” no le agradó nada al Jefe del Estado y no le agradó nada, porque Felipe VI, aun siendo joven, sabe que este tipo de gente no son de fiar y que su venida a Madrid fue, tan sólo, para hacerse publicidad, algo que logró frenar el Monarca español, al no haberle dado el juego que el de Convergencia “separatista” venía buscando.

Después de Mas el cielo y después del deporte la hipocresía de Guardiola, un deportista que quiere seguir en la cresta de la ola por la vía del politiqueo, cuando haya terminado su andadura por el mundo del deporte. No debe extrañar a nadie todo esto.
 

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