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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 22 DE JULIO DE 2015

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Una bañera también se llena gota a gota

Por Jesús González


En efecto, una bañera también se llena gota a gota y a nadie se le ocurre decir que hay una inundación, pero al final rebosa. Pues eso es lo que está sucediendo lentamente en Ceuta: su población está aumentando peligrosamente –gota a gota– sin que apenas estemos tomando conciencia de ello, así como del peligro que ello representa no sólo para nuestro presente, sino para el futuro de la ciudad. Quienes son los llamados a parar este crecimiento anormal y brutal de la demografía ceutí parece que no saben o no pueden, o, tal vez, no quieren. Síntomas de ese crecimiento feroz de la población ceutí son la escasez de viviendas, la escasez de plazas en los colegios e institutos y, en fin, las construcciones ilegales, que proliferan como setas en otoño.

Este aumento desproporcionado de la población se debe no sólo al asentamiento, que también, de elementos allende nuestras fronteras, la mayoría sin oficio ni beneficio, que, o bien, se casan con ceutíes para conseguir la residencia y, después, la nacionalidad, y, así, hacerse acreedores a cuantos beneficios puedan sacar de los escuálidos servicios sociales de la Ciudad, o bien, se instalan aquí ilegalmente debido a la falta de control en esa aduana tercermundista. Pero gran parte de este aumento poblacional se debe a la falta de responsabilidad de aquellos ceutíes que se lanzan alegremente a traer hijos a este jodido mundo sin apenas poderlos mantener y sin poder darles una educación pertinente, teniendo que recurrir a los servicios sociales para salir del atolladero. Así se llegan a formar familias de hasta seis o más hijos. En este sentido, según la estadística del Movimiento Natural de la Población e Indicadores Demográficos, la Ciudad Autónoma de Ceuta es en donde se ha producido un mayor incremento de nacimientos con 10,6%, alcanzando los 1.200 nacimientos en el año 2014. Evidentemente, el vector de aumento poblacional lleva consigo la escasez de viviendas y la escasez de plazas en los centros educativos.

Así, estamos asistiendo estos días a un debate sobre las 317 viviendas de Loma Colmenar. Es una pugna por una vivienda, conseguir una vivienda como sea y por encima de quien sea. Pero el caso es que cuando esas viviendas sean asignadas quedarán centenares de familias que también están necesitadas de una vivienda. Y detrás de esas vendrán otras, y otras, y así hasta que en algún momento los 19,5 km2 de Ceuta no den para más y ya no se encuentre un sitio en donde construir viviendas. Amén del deterioro del medio ambiente, debido a la superación de carga del territorio ceutí y a la huella ecológica sobre el territorio.

El aumento de población quiere decir, principalmente, aumento de la población escolar. Y este aumento de la población escolar tiene su correlato con la construcción de centros de primaria y de secundaria. Pero hete aquí que en cuanto se estrena un centro escolar o la ampliación de alguno de ellos para acoger a centenares de alumnos, inmediatamente hay otros centenares de niños esperando ser escolarizados. Ello es debido al escandaloso y ‘alegre’ aumento vegetativo de la población. Supongo que alguien debería aleccionar al ciudadano para que sea responsable y tenga los hijos que pueda mantener y educar en condiciones óptimas sin tener que recurrir continuamente a los esquilmados servicio sociales del ayuntamiento.

Así, la escasez de medios económicos, la falta de un puesto de trabajo, la carencia de una vivienda digna en donde alojar a la familia, un abusivo número de hijos, la falta de interés y de estímulos en no pocas familias por la educación y por el saber –‘saber’, no se olvide, que ha significado casi todo en el desarrollo de la civilización europea y en la formación del espíritu de la ciudadanía–, la carencia de una biblioteca familiar, por humilde que sea, etcétera, todo ello da lugar, como corolario, al fracaso escolar. El fracaso escolar, y no sólo él, le ha costado al director provincial de Educación, Cecilio Gómez, su defenestración. Pareciera que antes de la llegada del citado Cecilio Gómez –profesor titular del Departamento de Derecho Financiero y Tributario de la UGR, no se olvide, no un mindundi cualquiera–, la educación en Ceuta estaba a la altura, por ejemplo, de Finlandia o de Corea del Sur. Nada más lejos de la realidad. El fracaso escolar en Ceuta será endémico mientras aquí no se coja el rábano por las hojas y se meta la mano en el avispero de que ese fracaso escolar no depende tan solo de las ratios, del director provincial de turno, de la diversidad, de, en todo caso, del profesorado, etcétera. La Junta de Personal no Universitario, los sindicatos, la activa y locuaz secretaria de Educación del PSOE y la FAMPA han hecho presa en la figura del director provincial y le han achacado todos los males de la educación en Ceuta. De “pesadilla” calificó el presidente de la FAMPA, Mustafa Mohamed, los 3 años y 5 meses de ‘gobierno’ de Cecilio Gómez en la educación ceutí. “Gómez ha representado en Ceuta lo peor del peor periodo de la historia de la Educación en esta etapa democrática”, lamentaron desde la Junta de Personal. Si así fuera, con su marcha, podríamos decir ‘miel sobre hojuelas’. Ahora que han botado al ‘culpable’, ya no hay dudas de que veremos cómo la educación ceutí se pone a la altura de Finlandia, Japón o Corea del Sur. ¡Menudo alivio!

Pero me temo que las carencias citadas al principio del párrafo anterior trabajarán en contra de que se palie el fracaso escolar ceutí. Además, el alumno y sus padres han de asumir que el trabajo en casa, el estudio, la dedicación, el sacrificio, la voluntariedad, forman parte del éxito, no sólo en los estudios, sino en cualquier otra actividad. Asimismo, es pertinente citar aquí que la mayoría de esos alumnos que fracasan estrepitosamente en sus estudios pertenecen a la comunidad islámica, lo cual no les imprime, es obvio, carácter alguno para fracasar o no, sino simplemente es un dato a no descuidar. Un dato a tener en cuenta a la hora de hacer una reflexión respecto de ese fracaso escolar. Un dato a tener en cuenta, siempre y cuando no se tenga la tentación de caer en el manido y acostumbrado ‘victimismo’. Es decir, descargar en el de enfrente las propias frustraciones. Sucede muy a menudo.

(PD/ Recuerde: faltan 5 semanas para celebrar el 6º Centenario de la conquista de Ceuta por los portugueses: el 21 de agosto de 2015)
 

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