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OPINIÓN - SÁBADO, 1 DE AGOSTO DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

Ni jueces ni fiscales

Por Antonio Gil


Ni jueces, ni fiscales. Aquí se hace lo que quiere él, que para eso el que manda es el otro. “Chico pero matón”, como dice el refrán.

El argumentario es extensísimo, las críticas hacia nuestro querido alcalde afloran en un momento no propicio para él. Hasta su homólogo en Melilla lo ponía en entredicho, como ejemplo de lo que él no es, de lo que el melillense no practica e incluso cuantificó su gestión. La diferencia entre nuestro alcalde presidente y él está en torno a 30 millones de euros.

Así ¿quién no gana las elecciones? Se dan cuenta: 30 millones según Imbroda. Pero con 13.700 parados, con unos índices de pobreza más elevados de España, ¿quién vota a este señor?

Ahora con nuevo gobierno… nuevo alcalde; aunque se trate del mismo, el Sr. Vivas. Ahora tiene una oportunidad para rectificar, se trata de un nuevo ciclo. Pero… no; ha aprendido lo feo: burlar las decisiones judiciales, recurriéndolas para ganar tiempo, haciendo caso omiso de consejos útiles para que no delinca, mejorar su capacidad de gestión rodeándose de “buenos asesores”, etc, etc.

Recuerdo que uno de sus consejeros, con responsabilidad en el gobierno anterior en el Ayuntamiento, me decía, refiriéndose a una de las personas que ahora ha sido nombrada asesor/a: “Mira, tiene dos neuronas, una para peinarse y otra para andar” Y me pregunto yo…

41 son los trabajadores eventuales asesores que se ha sacado de la manga el Sr. Vivas. Una media de 4.000 € mensuales por cada uno, sin pagas extraordinarias; es mucho dinero. En muchos casos, éstos necesitarían un proceso de selección para ocupar ese puesto, pero no. Sabemos que lo adaptarían, que lo amañarían. No hace falta, tienen “impunidad ya reconocida”.

Los ciudadanos en general no percibimos la impunidad, uno de los peores males que tiene la democracia. Así es, se considera inmune y no acata las sentencias, las recurre, no porque esté convencido de la transparencia de sus hechos, sino como argucia dilatoria para ganar tiempo. Quienes practican este método se aprovechan del sistema, lo corrompen.

El sistema judicial español es muy garantista y no seré yo quien ponga en duda las ganas que jueces y fiscales ponen por llegar a la verdad de cada caso, sea quien sea. Tampoco pienso que haya fiscales que parezcan estar aletargados, que no cumplan con sus obligaciones, más bien que hay pocos. Seguramente que será eso. Me consta, que en el gremio, los hay buenos.

Pero de nuevo la impunidad y la prepotencia a la orden del día; aunque acabe con la paciencia de quienes lo apoyan, aun a costa del desgaste de su propio partido.

Un buen amigo, militante del PP, también desea que esto se acabe, por el bien del partido. ¡Ah! también prefiere que se cubra la plantilla de fiscales, ya saben…
 

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