| 
                     
					La Golosa, ubicada en el Poblado Marinero, es una heladería 
					que, pese a llevar tan solo dos años abierta, ha conseguido 
					cautivar al público ceutí con sus exquisitos helados. Jesús 
					Merino, propietario del establecimiento, concedió una 
					entrevista a EL PUEBLO para hablar de su trabajo. 
					 
					Los helados que se elaboran en La Golosa son artesanales. 
					“Todo va a través de leche, así que son de primera calidad. 
					El helado se hace casi a diario y lo que intentamos dar es 
					una calidad máxima y que el helado esté recién hecho”, 
					explicó. 
					 
					Además de los helados se ofertan “horchata natural, hay 
					granizada de limón, naranja, maracuyá, café. Tenemos leches 
					preparadas que las hacemos nosotros. Hacemos batido de 
					turrón y vendemos botellines de agua. En principio solamente 
					nos dedicamos a todo lo que sea heladería, nada más”. 
					 
					En cuanto a los helados más demandados por el público va 
					“según el tipo de clientela. La gente joven pide kinder 
					bueno blanco, Ferrero rocher y todos los productos parecidos 
					a esos. Por su parte la gente mayor se decanta por tocino de 
					cielo, carapino, turrón con hojaldre, Ferrero rocher”.  
					 
					Con respecto al público que acude a La Golosa “va desde el 
					niño más pequeño a la persona más mayor. No tengo una 
					clientela que esté especificada en algo. Vienen niños de 
					siete años hasta personas de 65 u 80 años”, apuntó Merino. 
					Por tanto el tipo de público es muy diverso, con variedad de 
					edades. 
					 
					Algunos clientes proponen sabores para que los introduzcan 
					en la carta. “En cuanto a los sabores cuando los ponemos 
					primero los probamos nosotros, los dosificamos, vemos que 
					realmente el producto es de muy buena calidad para poderlo 
					sacar y hasta que no lo conseguimos no lo sacamos”. 
					 
					El criterio que se utiliza para elegir los sabores que se 
					ofertan al público es “en principio según la temporada. En 
					verano son mucho más cítricos, más refrescantes. En invierno 
					son más de tipo pastel, que puede tener bizcocho o crema 
					pastelera. Va en función de la temporada, del calor que 
					pueda hacer”. 
					 
					En febrero abre sus puertas La Golosa hasta el mes de 
					octubre, cuando se descansa en pleno otoño y ya se vuelve a 
					abrir, con energías renovadas, de nuevo en el mes de 
					febrero. “En esas fechas cerramos a las 12:30 o a la una de 
					la madrugada”, indicó. Por tanto el horario es más largo en 
					verano. 
					 
					La temporada empezó “más floja por el tiempo que hizo, que 
					hizo bastante malo, después ha ido remontando y ya estamos 
					igual o un poco mejor que el año pasado”. El momento más 
					elevado en cuanto a ventas ha sido “la época del Ramadán ha 
					sido bastante fuerte, más fuerte que el año pasado, y los 
					meses de julio y agosto, que es la época fuerte de la 
					temporada”. 
					 
					Finalmente comentó que “esta es la segunda temporada que 
					estamos abiertos y esperamos estar muchas más”.  
					 
					El horario es de 13:30 a las 2 de la madrugada 
					ininterrumpidamente todos los días. 
   |