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cultura - MIÉRCOLES, 26 DE AGOSTO DE 2015


El Complejo Rural Miguel de Luque . nicols.

actividad
 

Los niños aprenden a convivir en el campamento infantil

En esta actividad, que durará hasta el sábado, se difunden valores a través de talleres como por ejemplo los de convivencia, solidaridad y autoestima
 

CEUTA
Luis Corbacho

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El campamento infantil organizado por la Consejería de Juventud, Deporte, Turismo y Fiestas, a través de la Casa de la Juventud, continúa su curso. Esta iniciativa arrancó el lunes a las 18 horas desde la Plaza de África, donde los 42 participantes se montaron en autobús que les llevó hasta el Complejo Rural Miguel de Luque. Los niños tienen entre 10 y 13 años.

Las primeras horas registraron las primeras emociones. Tras cenar estuvieron un rato charlando, aunque no se acostaron muy tarde ya que ayer por la mañana les esperaba un intenso calendario de actividades. En torno a la medianoche es la hora a la que se suelen acostar. Eva Rodríguez, coordinadora del campamento, habló con EL PUEBLO al mediodía. Los asistentes “están realizando actividades en el medio rural, por ejemplo rapel. Además se desarrollaron los talleres de maquillaje, de realización de pulseras, de acrobacia, de senderismo, de juegos en la arena, entre otros, y de valores como cooperación, solidaridad, coeducación y autoestima”.

Los chicos y chicas se organizan en cuatro grupos de 10 personas cada uno (en algunos hay más) y van rotando por los distintos talleres organizados. Al haber una piscina se organiza un taller de actividades acuáticas, además de senderismo, cabuyería (arte de hacer nudos), entre otros. Además algunas noches se celebran fiestas de veladas nocturnas, para animar la noche después de un intenso día de actividades.

Un servicio de catering se encarga de ofrecer los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. El menú está compuesto siguiendo el criterio de ofrecer una alimentación saludable. Una dieta equilibrada es importante para los niños, que además tienen que respetar unos horarios fijos para sus comidas. El desayuno es a las 9:30 horas y la cena a las 21.

Los valores que se trasladan a los campistas son “el respeto a la naturaleza, que convivan con gente de su misma edad y sepan valerse por sí mismos”. Este campamento infantil es un primer paso “como iniciación para participar el día de mañana en el campamento juvenil, que se celebra en la península”. También es importante la convivencia entre chicos y chicas. “Su autoestima crece al valerse por sí mismos y por eso empezamos con niños de diez años”.

El sábado a las 17 horas los menores serán recogidos por sus padres en la Plaza de África. En el caso de que pasara alguna incidencia se avisaría a los progenitores, de los que se tiene el número de teléfono y se está en contacto con ellos ante cualquier emergencia. Afortunadamente hasta el momento no se ha producido ninguna incidencia.

Por otra parte Educador es la empresa adjudicataria de la animación. La ratio de monitores por alumno es de uno por cada diez, con lo cual hay cinco monitores como mínimo por actividad. En algunas es necesaria la presencia de más monitores y refuerzan a sus compañeros. “Si hacen falta más monitores porque la actividad en concreto lo requiere se incorporan más”, apuntó la coordinadora.

El alojamiento en el que se quedan a pernoctar es una especie de gran barracón con habitaciones una enfrente de la otra. Además se trata de un sitio acotado.

Éxito organizativo

Por otra parte ya se lleva diez años realizando esta actividad, que siempre resulta un éxito y este año todo apunta a que lo será de nuevo. El cupo máximo de participantes es 50, “pero siempre hay alguno que se cae”, explicó Rodríguez. El número de campistas es similar al del año pasado.

Los niños “son muy inteligentes” y el objetivo central es “transmitirles valores a través de la diversión”. Por ejemplo si en un taller un chico está realizando una pulsera y un compañero le ayuda “ya se están transmitiendo valores. Queremos trabajar aspectos a través del juego, que son muy importantes para el futuro de cualquier joven”, indicó Rodríguez.

La sensación general de los chicos es de satisfacción. Durante las pruebas físicas se lo pasan muy bien, también se entretienen con los talleres y aprenden valores como el respeto al prójimo y al medio natural. Este campamento aún tiene tres noches por delante. El viernes será la última y será especial, ya que los campistas se despedirán después de haber pasado unos cuantos días juntos. El sábado desayunarán, tendrán las últimas actividades, almorzarán y por la tarde los recogerán sus padres en el punto de partida.
 

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