Fernando Garrido Robres, que usa
su segundo apellido como nombre artístico, expone junto a
Karim Kharbaoui en el Museo de Ceuta. ‘Alquigrafías’ abrió
sus puertas el pasado día 20 y podrá visitarse hasta el 24
de septiembre.
Robres atendió a EL PUEBLO. El
origen del proyecto está en el año 2013 “en una exposición
que hicimos Karim Kharbaoui y yo en Tánger, expuso él
cuadros suyos y yo cuadros míos, me propuso hacer algo a
cuatro manos, pintando juntos a la vez y me lancé con él a
ello”.
La base de la que partían era el
respeto mutuo y a partir de ahí pintarían “a cuatro manos
sobre el mismo lienzo, sobre la misma madera, y que cuando
uno se metía en el lienzo del otro era para enriquecerlo, no
para estropearlo”.
Bajo esa premisa “empezamos a
convivir, que es compartir las energías que tenemos. Karim
es alquimista, igual que yo. Trabajo para alcanzar la
inmortalidad”.
Con Karim “empezamos a pintar
sobre algodón, sobre sábanas, a tratarlas. El tratamiento
del material es laborioso, pero luego cuando empiezas
consigues ese efecto que es sorprendente. Queremos que la
gente venga a nuestra exposición y diga: “esto no lo he
visto antes”.
El proceso de trabajar a cuatro
manos “comienza viéndonos, convivir juntos un tiempo,
preparar lo que queremos hacer, lo que queremos transmitir.
Hacemos varios cuadros a la vez, nos vamos cambiando.
Haciendo un símil de cocina es como si uno hiciera una
paella y otro un cocido madrileño. Cada cinco minuto vamos
cambiando y eso adquiere unos tintes únicos”.
Robres y su compañero “hemos
tardado entre 6 y 8 meses en crear estas obras, no
continuos. Somos muy creativos, muy rápidos a la hora de
expresar lo que llevamos dentro”.
Por otra parte Kharbaoui “ha
escrito manuscritos, tiene una caligrafía árabe preciosa,
muy bonita. Yo tengo un don de escribir con la izquierda
hacia la izquierda, al igual que Leonardo da Vinci. No es
una cosa que yo haya aprendido, si no que nací así. Todo eso
hace que necesites leer los mensajes que tienen muchos de
nuestros cuadros. Partimos siempre del agua y de la tierra.
Estamos hablando con gente que no nos va a conocer”.
Por otra parte destacó que
“vivimos en una etapa de conflictos a nivel mundial y dos
personas de distinta religión, país, credo, son capaces de
unirse para transmitir un sentimiento, eso unido a querer
hacer algo original. Luego a la gente le gustará más o
menos, pero eso es importante”.
Con respecto al arte de la pintura
su impresión es que “es volver a ser niños, poner nuestros
sentimientos y comunicar a la gente. Más que digan qué
bonito es ver lo que la gente siente, la respiración les
cambia cuando están delante de un cuadro”.
La exposición ya se pudo ver en el
Instituto Cervantes de Tetuán hace tres meses. La muestra se
fue prorrogando porque venían grupos de colegios a verla.
“Cincuenta niños que te están escuchando interpretando tus
obras te hace sentirte importante”, apuntó.
Después de Ceuta la muestra irá a
la Fundación Tres Culturas de Sevilla, entre otras ciudades.
La diferencia entre un pintor y un
artista es que “el pintor crea obras de una belleza
increíble, puede pintar de maravilla, pero un artista es
alguien que evoluciona, que crece, igual que nosotros. El
artista tiene un camino, tiene que ser creativo, novedoso y
en eso estamos”, manifestó Robres.
Por otra parte el artista dijo que
“para nosotros Dios es lo más importante de nuestra vida,
para él y para mí, aunque le rezamos de formas distintas”.
Su compromiso inmediato está
en el Festival Tingitana, donde expondrá obras nuevas “con
una técnica novedosa”.
|