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La gestión y funcionamiento de la
Escuela Hípica de Ceuta puede convertirse en un nuevo
culebrón tras la decisión del Gobierno de la Ciudad de
eliminar, tras las numerosas críticas surgidas, la partida
de 452.000 euros que pretendía concederle como subvención
nominativa, para como todo parece apuntar, adjudicar el
servicio mediante un concurso público. Una decisión que se
antoja la más correcta y transparente que podía adoptarse y
que quizá debería haberse ejecutado antes. Porque lo que no
tiene explicación es que el Ejecutivo de Vivas, siendo
conocedor que el convenio que mantenía unida a la Escuela
Hípica a la Ciudad Autónoma finalizaba el día 31 de agosto,
haya esperado casi al último minuto para adoptar una
decisión de este calibre, que ha provocado que desde ayer
las instalaciones se encuentren ya cerradas, habiéndose
cancelado todos los servicios, como la hipoterapia, lo que
lógicamente ha generado un gran revuelo entre los usuarios y
propietarios de los equinos que permanecen en estas
instalaciones.
Las reacciones no se han
hecho esperar. Mientras un nutrido grupo de usuarios ya está
recogiendo firmas contra la decisión adoptada por el
Gobierno y no descarta hacer una manifestación frente a las
puertas del Ayuntamiento, un técnico superior en equitación
ha enviado una carta al presidente de la Ciudad emplazándole
a que saque a concurso público la gestión de la Escuela de
equitación de la Ciudad Autónoma a coste cero para su
administración. Por ello, el Gobierno haría bien en resolver
este asunto lo más rápido posible. Antes de que la situación
acabe enredándose aún más.
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OPINIÓN / EDITORIAL
