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OPINIÓN - SÁBADO, 17 DE OCTUBRE DE 2015

 
OPINIÓN / COLABORACION

Michel Petrucciani (“El músico de los huesos de cristal”)

Por Hermy Vicente


Lo conocí en Málaga, hace varios años y fue un placer. Actuaba en el “Teatro Cervantes” durante el “Festival de JAZZ” de esta ciudad y que se celebra en toda Andalucía durante el mes de Noviembre. Yo ya había estado en los “Festivales” de Sevilla, Granada, Cádiz y luego el de Málaga. Durante cerca de 25 años he asistido ininterrumpidamente a estos “Festivales” anuales, no faltaba a la cita ( por aquel entonces, yo vivía en Algeciras). Pero al vivir actualmente en Ceuta, no me puedo perder el “Festival de JAZZ” de nuestra ciudad, que ya lleva la friolera de 21 años, cuando mucha gente no apostaba por él. Lo presenté durante varios años.

Volviendo a Málaga, me encantó hablar con MICHEL PETRUCCIANI. Verlo subir al escenario era toda una odisea, siempre acompañado de alguien. Era muy pequeñito, mediría 1:40 más o menos, pero tenia unas manos de oro.. Una vez en el escenario, y ante el inmenso piano, se sentaba en una banqueta, que era otra odisea, ya que el acomodarse a ella le costaba mucho hasta que adoptaba la postura adecuada para empezar a tocar el enorme instrumento que tenía delante. No llevaba acompañamiento ni siquiera un saxofón, “el instrumento rey del JAZZ” .El silencio se hizo total cuando empezó su actuación, solamente interrumpida, cada vez que terminaba un tema. Definitivamente, un genio. Tenía tan sólo 36 años y venía de haber hecho una gira por Japón. A pesar de su minúsculo cuerpo, tenía unas manos que se deslizaban por las teclas del piano, cual si pájaro volando. Ciertamente no necesitaba de compañía instrumental, él lo llenaba todo ( como le ocurriera a otro grande del JAZZ, ya fallecido, el catalán TETE MONTOLIÚ, ciego de nacimiento, pero que tocaba el piano como quería; yo tuve la inmensa suerte de verlo en Sevilla).

Volviendo a MICHEL PETRUCCIAN, como ya dije antes, fue un gusto hablar con él ( a la terminación del concierto). Tenía, sufría de “la enfermedad de los huesos de cristal”. Se dice que estas personas suelen fallecer jóvenes. Yo he conocido varios casos, pero tan sólo a través de revistas o por T.V. A pesar de su enfermedad, PETRUCCIANI, francés de nacimiento, se entregaba a su MÚSICA con todas sus fuerzas, transmitiendo su energía y haciendo que la gente disfrutara con él. Pensar en aquel “hombrecillo” y verlo tocar el piano, era como descubrir un mirlo entre mil. El músico iba desgranando tema tras tema, ofreciéndonos un concierto, un repertorio musical en el que sonaron temas muy conocidos.

Después de cerca de dos horas, MICHEL PETRUCCIANI se levantó de la banqueta, como pudo, siempre con ayuda y saludó a todos los espectadores que no parábamos de aplaudir. Al final, tuvo que repetir algún que otro tema.

Salí del teatro en busca de mi coche y ,¡sorpresa!, me encontré a MICHEL PETRUCCIANI que iba en una silla de ruedas, dirigida por él mismo, con sus pequeñas piernas cruzadas. Iba solo. Yo me acerqué y en francés le dije:”Bonne nuit, merci pour le grand concert” ( “buenas noches, gracias por el enorme concierto”). Él me miró con mucha ternura a través de sus redondas gafas y me respondió:” Merci pour toi”( “gracias a ti). Yo le dí un par de besos y me pareció estar dándoselo a un pequeño niño. Se me quedó mirando fijamente, como agradeciendo el cariño que le demostré.

Pero MICHEL PETRUCCIANI tenía “la enfermedad de los huesos de cristal”, enfermedad de difícil cura. A los 3 o 4 meses de haber actuado en Málaga donde yo le vi, falleció. El mundo el JAZZ lo sintió mucho, pues se perdía a un artista genuino e único. Músicos como él, con tanta fuerza y ganas de transmitir, no habíamos visto y más en sus circunstancias. Por supuesto se le rindieron varios homenajes. Merece la pena tener discos de él, donde el piano te levanta el ´animo o te relaja, según las circunstancias.

Cuando falleció, y viviendo yo en Algeciras me publicaron un sentido artículo, en el “Europa Sur”, ya que hacía poquísimo tiempo que lo había visto actuar. Como ya he dicho, tenía tan sólo 36 años ( de esto puede hacer unos 15 años).

¡Por MICHEL PETRUCCIANI y el JAZZ!.

* Maestra
 

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