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Duros pero leales, directos pero
respetuosos, implacables y sin tapujos, Vivas, Imbroda y
Zapatero hablaron claro, de todo, sin ambages. Más de
noventa minutos entre el presidente de Ceuta, el de Melilla
y el de España donde quedaron, a priori, bien cerradas
heridas pasadas. Mientras Vivas apelaba a la solidaridad
territorial, hablaba de cohesión y se mostraba encorajinado
por la complicada coyuntura que atraviesa Ceuta, Imbroda fue
también tajante -con otro estilo, probablemente menos
institucional, pero igualmente efectivo además de efectista-
llamaron al pan, pan y al vino, vino. Ambos coincidieron,
entre otros muchos argumentos, en recriminar el curioso y
enigmático silencio del Jefe del Ejecutivo español ante el
marroquí Jettú.
El presidente del Gobierno mostró igualmente dureza en sus
respuesta a los presidentes autonómicos de Ceuta y Melilla,
pero proclamó en la Cámara Alta de las Cortes Generales de
España, la incontestable españolidad de las dos Ciudades
Autónomas y su próxima visita oficial tanto a Ceuta como a
Melilla.
Se lo dijeron, si no todo, casi todo. Probablemente el
panorama mediático nacional no comprenda, para plasmarlo, lo
que sí llegó a ceutíes y melillenses. Zapatero, lapsus por
desconocimiento, echó en cara las supuestas prisas de los
Gobiernos de Ceuta y Melilla porque se aplique la
Transitoria Quinta de una Constitución que parece quedar un
tanto arcaica, a tenor de cómo evoluciona el país y de cómo
Zapatero quiere proceder para sentar las bases de la
convivencia política de los próximos 25 años. El presidente
del Gobierno no debía conocer que los Estatutos Autonómicos
de ‘Ciudad’ sólo cuentan con una década de antigüedad y más
de tres lustros de lucha autonómica a sus espaldas, como
para haber sido tan ligera su apreciación en tono crítico.
Aún así Zapatero se ha comprometido a hablar y estudiar el
futuro del ‘estatus’ autonómico de las dos ciudades y ha
asegurado su presencica como presidente de España a primeros
de año.
Un debate de altura en el que los ciudadanos coincidieron en
apreciar las verdades dichas por Vivas y las respuestas y
posicionamiento del presidente del Gobierno de España.
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OPINIÓN / EDITORIAL
