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OPINIÓN - JUEVES 24 DE NOVIEMBRE DE 2005

 

OPINIÓN / EL OASIS

Que venga Fabio Capello
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

El Real Madrid ha crecido económicamente con Florentino Pérez a costa de convertirse en un equipo que no cesa de dar tumbos. Lo ocurrido frente al Barcelona es un desastre más, aunque doblemente doloroso, de los muchos que ha vivido el Madrid en las últimas temporadas.

Fracasos rotundos que han sido disimulados por los periodistas afines al presidente. Hasta que les ha estallado en la cara la exhibición azulgrana y los ha dejado a todos con las posaderas al aire y sin más asideros donde agarrarse que en el comportamiento del público en el Bernabéu y, sobre todo, en el mito que se han fabricado en época donde los héroes cotizan a la baja.

Sigo en mis trece: Casillas no es el portero que necesita un conjunto obligado a ganar uno o dos títulos cada temporada. No se quieren enterar, quienes escriben y hablan de fútbol, que los porteros han de dominar el juego aéreo, manejar bien el balón con los pies y gozar de un conocimiento táctico capaz de hacer que sus compañeros no sufran continuamente la pérdida del medio terreno ante un equipo superior o que tiene un día más inspirado. Podría enumerar una serie de acciones encaminadas a esclarecer lo que digo; pero sería entrar en detalles técnicos-tácticos que no encajan en la columna.

También es cierto, así me lo recuerdan algunos aficionados, que no toda la culpa de los males madridista la tiene el guardameta. Sin duda. Aunque nadie me negará que la sobrevaloración que hacen de Casillas está cimentada en que cuenta con grandes reflejos, debido a su edad, y en intuiciones específicas de cancerbero de balonmano. Poco bagaje para que la mitomanía de los medios haya ido creando la imagen de un ser excepcional que está evitando males mayores a sus acabados compañeros de equipo.

Una tendencia patológica a la mentira y a la fabulación, que perjudica notablemente al fútbol en general y al Madrid, en particular. Y ya no hablemos de la selección española: tuvo que jugar una repesca por un fallo infantil de quien está valorado por encima de sus posibilidades.

Pero hay más cosas que han servido para que el Madrid se vea inmerso en un estado de juego negativo y ofrezca la posibilidad de que cualquier equipo llegue al Bernabéu y lo ridiculice de cabo a rabo. Sin ir más lejos, esta temporada lo han hecho Celta, Valencia y Barcelona. Y, según se presenta al panorama, mucho me temo que no serán los últimos conjuntos que le zurren la badana en su propia casa.

Y es que el Madrid hace ya mucho tiempo que perdió la identidad de equipo inculcada por el legendario Alfredo Di Stéfano. Los futbolistas buenos, si además son sacrificados, serán aún mejores. Una especie de credo que supo interpretar perfectamente Pirri: a quien por cierto nunca se le ha hecho justicia en el fútbol español. Otro que tampoco gozó de ella fue Makelele: cuya ausencia, incomprensible a todas luces, sigue acusando el equipo. Con él, los compañeros sabían que estaba asegurada la cobertura. Puesto que era en el césped corrector permanente de todos los desbarajustes que se producían entre líneas. Quien más ha notado la baja del hoy jugador del Chelsea, ha sido Zidane. Fue irse su compañero y principiar su decadencia.

En medio del caos que ha propiciado la enorme actuación del Barcelona en el Bernabéu, se habla de que Fabio Capello será el entrenador la próxima temporada. Y ya empiezan los periodistas de turno a comentar que su forma de trabajar no es la adecuada para dirigir a los actuales jugadores de la plantilla. Lo cual son ganas de meterse con él antes de tiempo. Es decir, antes de que el italiano informe que no cuenta con Casillas. Entonces, se armará la de Dios es Cristo. Que venga Fabio cuanto antes.
 

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