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OPINIÓN - SÁBADO 8 DE ABRIL DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Me confieso: Soy obtusa
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Confesar mi obtusidad absoluta y radical en determinados temas no es, en absoluto, un falso ejercicio de humildad, modestia o buen tono. Se trata, sencillamente, de que, determinados misterios esotéricos, escapan a la capacidad de mi sistema neuronal, por mucho que lo engrase con cápsulas de Omega 3 y mejunjes diversos, ali olis de bruja con nombres farmacológicos, pero ni por esas. A mi con la Cámara de Comercio de Ceuta me pasa como con el Misterio de las Catedrales: se que existe, pero no logro adentrarme en el intríngulis de sus misterios seculares tallados en los capiteles por los antiguos canteros.

Me informan los de siempre: mis fuentes, mis afluentes y un charco de orina que ocupa su lugar en los muros de un edificio. Y sigo estando al pairo. Llego a determinar, no sin cierta dificultad, que existen dos grupos, uno minoritario y poderoso (miren que extraño, poder y oligarquía siempre residen en minorías y cotos cerrados) y otro mayoritario y marchoso, con una acepción mucho más democrática, moderna y participativa. Y por eso, tal vez, no acaban de celebrarse las elecciones: porque los poderosos no las tienen todas consigo y quieren, a toda costa, renovar sus privilegios, en serio riesgo de deterioro por la irrupción de los marchosos.

Un auténtico poltergeist el que, el Delegado de Gobierno, profesional operativo donde los haya y a quien tengo que ejercer de palmera, no en vano me he autoproclamado presidenta de su club de fans, repito, que el delegado Nieto, no intervenga de una vez por todas y corte de raíz golpes de Estado encubiertos y decisiones o manifestaciones arbitrarias de la Junta Electoral de la Cámara de Comercio, llamada también por sus enigmas “Acercamiento del siglo XXI a las incógnitas del Santo Grial”. La ciudadanía y los seguidores de Jerónimo Nieto, mayormente las féminas, hemos acuñado un slogan para la ocasión “Nieto, macizo, con tus decisiones me electrizo”, para animar al Delegado a que intervenga y corte de raíz, como el sabe hacerlo, el mamonéo.

Se supone que tienen que celebrar elecciones y que no sirven zancadillas, dejaciones si seguidismos en el proceso. Se está jugando con una buena tajada del futuro de la ciudad y ese futuro esperanzador no es en absoluto un poltergeist, ni los ciudadanos son una panda de majarones que se creen abducidos por los extraterrestres. Al revés, la ciudadanía es plenamente consciente de ese magón, de ese mar de fondo incómodo, de eternizar los privilegios, de lucha casi fraticida por el poder, de negativa radical de quienes, hasta ahora han mandado, de permitir que actúe la democracia y de que, los resultados de un proceso electoral sean la única opción válida, les guste o no les guste. El obstruccionismo y las dilaciones con excusas fantasmagóricas no pueden ser la tónica del proceso.

Ni tampoco es de recibo el que no intervenga la Ciudad Autónoma, hasta el punto de que, todos, tengan sus ojos puestos en exclusiva sobre el buenhacer del Delegado de Gobierno, cuyo papel se recicla en el de árbitro capaz de tomar decisiones punteras y definitivas que acaben con tanto esoterismo, tanto oscurantismo y tanta mandanga. Esto, en lugar de unas elecciones a una Cámara de Comercio parece un congreso sobre teleplastias, lo triste es que, los empresarios, no dilucidan sobre la autenticidad del fenómeno de las Caras de Belmez, sino sobre el futuro de la ciudad y los apetecibles fondos europeos y eso hace que, la vertiente esotérica llena de extrañas connotaciones, se diluya en parte para dejar paso a intereses y clientelismos mucho más prosaicos y a maniobras cada vez más burdas.

Me confieso obtusa, es un hecho, No logro comprender dilaciones, vaivenes, feroces Navas de Tolosa de intereses, asumo la división del empresariado en dos Reinos Taifas, pero aún en los mosaicos de Estado rigen unas normas del juego y esas normas implican limpieza y transparencia incluso en los duelos entre caballeros que glosaban en el Mester de Juglaría. Pero estos vaivenes electorales no dan cacho, desde luego, para ser cantados por juglares ni por trovadores, esotéricos son, pero, como mucho, podrían ponerle letra los del grupo los Mojinos Escocíos. Para prever los resultados de un proceso electoral limpio no hace falta consultar a la bola de cristal. Lo que hay que consultar al tarot es “para cuando” las elecciones, ese es el auténtico poltergeist ante el que me vuelvo obtusa.

 

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