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SOCIEDAD - MARTES, 18 DE ABRIL DE 2006


guijarro durante su ponencia. reduan.

psicología / curso
 

El 11-M “fue el despegue en asistencia masiva psicológica
en España”

Alfredo Guijarro, psicólogo clínico madrileño, participa en el primer curso teórico práctico en situaciones catastróficas
 

CEUTA
Elsa Cabria
elsacabria@elpueblodeceuta.com

Dos ideas básicas: “mejor no hacer nada que hacer cualquier cosa” y “las víctimas en situaciones de emergencia son todas iguales”. Así comenzaron las primeras jornadas teórico-prácticas sobre Psicología de Urgencias, Emergencias y Catástrofes. El psicólogo clínico madrileño, Alfredo Guijarro, que formó parte del grupo de actuación durante los días posteriores al 11-M, arrancó con estas palabras su ponencia para aclarar que el apoyo moral y el trabajo médico asientan la base para superar cualquier tragedia.

En la historia española hay dos momentos históricos en este área: el desastre del camping de Biescas (1996) y el 11 de marzo de 2004. Esta fecha “supuso el despegue en asistencia psicológica masiva en nuestro país”. Desde entonces, apuntó Guijarro, la sociedad y los medios de comunicación “han cambiado muchísimo”.

A su juicio, la actuación del equipo de asistencia que trabajó con los afectados directos y colaterales del atentado fue “brillante”. Sin ceder a la indulgencia, reconoció que “hubo fallos” y, por esta razón, consideró necesario que los expertos sean “autocríticos”. A este respecto, aseguró que gracias a situaciones dramáticas como aquella, aprendió sobremanera con los pacientes porque le “ayudaron a reflexionar”.

Volver a la normalidad

En situaciones catastróficas (las más complicadas por la falta de preparación previa), es “fundamental” que haya una ‘cabeza visible’ para guiar a la masa social. La misión del profesional consiste en “retornar a la situación normal”. La respuesta por sencilla, no es obvia. La sociedad “ya tiene su tratamiento de seguimiento en su vida habitual, retornar a eso, es lo primordial”, explicó Guijarro. En el caso del 11-S, el alcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, “apareció en todos los medios de comunicación para dar sensación de seguridad”. En cambio, durante los días de máxima tensión del 11-M, “no hubo una figura clara representativa”, criticó el experto en situaciones de crisis.

En este contexto, informó de dos términos imprescindibles en el ámbito psicológico y social: ‘Deterrencia’ y ‘resiliencia’. El primer concepto se denomina también ‘adrenalina social’ y se refiere al poder de los profesionales para manejar la información y mantener a la población en una situación de alerta que les ayude a vencer el drama. La ‘resiliencia’ es la capacidad del ser humano para resistir un hecho traumático. Darwin, siempre presente.
 


“No se puede romper el duelo cultural”

En el marco contextual de Ceuta, reconocida como la ciudad de las cuatro culturas, Guijarro aseguró que es “muy importante” no romper el duelo de cada cultura en una situación catastrófica.

La idiosincrasia particular de cada grupo social “debe respetarse” porque, en caso contrario, “se generarían problemas entre el profesional que les atiende y sus valores personales”. El profesional de emergencias “debe” conocer las características de cada cultura porque cada grupo social “se enfrentará de forma diferente” a la crisis, argumentó.

En el caso de la Ciudad Autónoma, el proceso de adaptación será “probablemente” un plan intergrupal de diferenciación social. La ponencia de Guijarro culmina hoy tarde.
 

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