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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 19 DE ABRIL DE 2006

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Si algunos políticos no hicieran el avestruz, escondiendo la cabeza ante determinados problemas y vivieran la realidad de la calle, no su realidad trasladada a hacernos creer que es la mejor de las realidades que se deben hacer extensibles a todo un país, se darían cuenta de que se están equivocando al tratar de imponer su realidad que dista mucho de ser la realidad de esos millones de personas que conforman un país.

Basta ver la celebración de la Semana Santa en los distinto pueblos y ciudades que forman el territorio nacional para darse cuenta, sin ser ningún sabio de Grecia, que hablar del laicismos del pueblo español está sólo en la mente de todos aquellos no creyentes que tratan de inculcar a los demás su forma de ver y entender las creencias religiosas del pueblo español.

Ser creyentes es un sentimiento que a igual que otros sentimientos, como es el amor, es personal e intransferible que se queda sólo para el que así lo siente sin necesidad de tener que proclamarlo a los cuatrovientos, porque se queda para uno mismo que es quien vive éste sentimiento con toda intensidad.

El maestro Ortega y Gasset, cuyos conocimientos de la sociedad española, eran tan grandes que, hoy día, está todo cuanto dijo que pasaría de la más rabiosa actualidad, cuando iba a fallecer, solicitó la presencia de un sacerdote. Aquello no era un arrepentimiento de nada, porque de nada se tenía que arrepentir el maestro era, simplemente, un sentimiento personal del que nunca había hablado porque, los sentimientos son profundamente personales y sólo en muy contadas ocasiones se dejan ,a otros, participar de esos sentimientos personales e intransferibles.

La inmensa mayoría del pueblo español, demostrado está, se ha lanzado a la calle para celebrar la Semana Santa que, además, es un tradición española que viene de siglos. Y contra las tradiciones como contra los sentimientos nose puede luchar para derrotarlos, porque, de antemano, es una lucha perdida.

La Semana Santa es algo tan nuestro, que es como esa herencia que se viene dando entre las familias desde tiempos ancestrales y que, cada uno de nosotros, al recibirla, intentan hacerla algo mayor de la que nos entregaron. Intentar luchar contra esa herencia recibida, desde la época de nuestros antepasados, es como tratar de derribar un muro de cemento armao pegándole golpes con un palillo de dientes.

Sin duda alguna, donde se vive, de forma más popular la Semana Santa, es en Andalucía que, por cierto, es el mayor granero de votos que tienen los socialistas. De hecho nuestro paisano, Manuel Chaves lleva gobernándola durante más de viente años.

Nadie nos podrá decir que los andaluces que han participado en las procesiones de Semana Santa, portando sobre sus hombros de costaleros los distintos pasos, son sólo personal de la llamada derecha beata que ha sido la que ha llevado las procesiones a las calles de los distintos pueblos y ciudades de Andalucía. Sencillamente, quienes así sean capaces de manifestarlo, estarían mintiendo.

Debajo de esos pasos, soportando cincuenta o más kilos de peso iban sin lugar a dudas, de todas las ideas políticas porque, sus sentimientos y sus creencias en eso que ellos soportan sobre sus espadas con orgullo desmedido, es mucho mayor que sus ideas políticas.

Es fácil de demostrar cuanto decimos, basta con preguntarle al gran actor español, afincado en América, Antonio Banderas, que según sus propias palabras, para él es un orgullo poder colgar sobre sus hombros el paso de su cofradía. Y no creo, por supuesto, que el genial actor español, sea sospechoso de ser de esa derecha beata,. Sus ideas políticas están más que mostradas y demostradas.

Pero aquí no valen las ideas, aquí sólo valen los sentimientos de cada uno de nosotros. Y los sentimientos de , todos esos, por mucho que algunos se hayan empeñados en hacerlos cambiar, son más fuertes que todas las ideas políticas juntas. En el supuesto, que es mucho suponer que, a estas alturas de la vida que nos ha tocado vivir, queden ideas políticas.

Ir contra los sentimientos es una locura, porque nada ni nadie, podrá derrotar, jamás, a los sentimientos de cada una de las personas, creyentes o no, pero unidas por el sentimiento que nos da el ser como somos y sentir como sentimos.

No pertenezco a eso que le han dado llamar, a los progres de pacotillas, la derecha beata ni, por supuesto, ningún me apilas que se pase, todo el día en la iglesia, dándose golpes de pecho, nada más lejos de la realidad de mi forma de ser, pero tengo mis sentimientos, como la inmensa mayoría del pueblo español, y esos sentimientos a igual que los de esa inmensa mayoría, nada ni nadie los va a destruir por mucho empeño que pongan en el asunto.

Los que creen que España es laica, lo tienen claro, que suspendan las procesiones de la Semana Santa y asunto concluido.

¿Cuanto creen qué durarían gobernando al pueblo español?. Pues, menos tiempos que decir amén. ¿O no?
 

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