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ACTUALIDAD - MARTES, 25 DE ABRIL DE 2006


momento de la declaración. nicol's.

tribunales / caso ‘kimbi’
 

El primer testigo acusa a
los imputados de ser culpables
de la muerte del ‘Kimbi’

A.A.D. reveló ayer que uno de los
catorce acusados intentó, hace 3 días, quedar fuera del relato de los hechos ofreciéndole “dinero a través de un intermediario”
 

CEUTA
Verónica Fernández
veronicafernandez@elpueblodeceuta.com

La segunda sesión del juicio oral que se sigue por el asesinato del ‘Kimbi’ tuvo como protagonistas a A.A.D., acompañante del fallecido el día del atentado, y a M.M.S., hermana del ‘Kimbi’.

A lo largo de toda la mañana, en un interrogatorio que duró cinco horas, el copiloto del vehículo no tuvo dudas a la hora de identificar a todos y cada uno de los acusados como implicados en la emboscada que le costó la vida a su amigo el 31 de diciembre de 1999. A.A.D. relató a la sala cómo un total de 17 personas atacaron a los ocupantes del vehículo disparando por la izquierda, la derecha y la parte trasera del Audi A3 en el que viajaban.

“Llegamos a la altura de la farmacia y tras el autobús estaban todos los individuos que tengo detrás menos dos”, señaló. Los dos a los que se refería, A.A.A. y M.A.A, ya relataron en la primera vista oral que se encontraban en la ciudad santa de La Meca el día de los hechos. El testigo de cargo corroboró este hecho diciendo que “todo el mundo en Ceuta sabía que estaban fuera de la ciudad” aunque también los señaló como “inductores y organizadores de todo”.

Según su relato, ‘Kimbi’ y él no tenían previsto ir al Príncipe aquel día sin embargo “una llamada de una de sus novias hizo que cambiáramos de planes y fuéramos allí; yo creo que ella actuó de cebo para que cayéramos en la emboscada”.

Al quedar con la joven, ambos subieron al vehículo y se trasladaron desde Los Rosales hasta El Príncipe. Inmediatamente, de detrás del autobús, “salieron los pistoleros y nos cortaron el paso, la primera ráfaga vino por detrás y dio en ‘Kimbi’ que perdió el control del coche e hizo que nos estrelláramos contra un muro cercano”. A.A.D. dijo que él no murió ni resultó gravemente herido porque ‘Kimbi’ cayó sobre él y fue blanco de la mayoría de los disparos. Aseguró que se hizo el muerto y que en cuanto vio que los pistoleros se retiraban salió huyendo con el objetivo de “llegar como fuera a mi barrio porque en El Príncipe nadie iba a ayudarme porque todos están intimidados”.

En su huida, fue alcanzado en una pierna por un tiro que efectuó M.A.A. y al que A.A.D. señala como uno de los principales autores materiales de los hechos que se están juzgando estos días.

“Encontré a un chaval con una moto y le obligué a que me llevara a Los Rosales porque allí no estaba seguro” dijo el testigo, que nunca perdió la consciencia a pesar de estar herido.

Este hecho afortunado para que la víctima lograra huir del lugar fue objeto de múltiples conjeturas por parte de los abogados defensores que llegaron a preguntarle si no había sido él uno de los participantes en su muerte logrando que ‘Kimbi’ acudiera al sitio de la emboscada. Indignado con estas insinuaciones, A.A.D. dejó claro que a pesar de no tener graves secuelas físicas sí había estado mucho tiempo bajo tratamiento psicológico: “tengo la cabeza rota”. Además, dijo que el único responsable de que estuviera aún vivo era Dios: “me salvé porque él consideraba que aún no había llegado mi hora”.

A.A.D. relató también que no tenía ninguna duda de que todo fue planeado por A.A.A. y M.A.A. ya que todo venía de principios de 1999: “al principio, ‘Kimbi’ trabajaba con ellos en el tráfico de hachís, hubo un problema con una mercancía que, supuestamente, se perdió y al final resultó que ellos lo habían vendido por su cuenta para no pagar a ‘Kimbi’ así que éste los dejó y se puso a trabajar para otro, entonces le amenazaron con matarlo si no volvía con ellos”.

El principal testigo ocular del asesinato contó al tribunal que A.A.A. y M.A.A. le ofrecieron un total de 100 millones de pesetas a cambio de guardar silencio. A pesar de que se ha pasado los últimos seis años cumpliendo condena, A.A.D. dijo ayer que “nunca he dejado de sentirme intimidado” ni de sentir una fuerte presión. Presión a la que hizo alusión al referirse a varios testigos que se retractaron de sus declaraciones anteriores o, simplemente, retiraron sus acusaciones porque fueron “pagados”. “Se dedican a intimidar a la gente y a obligarles a hacer lo que ellos quieren”.

Tensiones

Llegado el momento de la declaración de M.M.S., hermana del fallecido ‘Kimbi’, A.A.D., el testigo protegido que había declarado por la mañana y que, por lo tanto, ya podía estar presente en la sala, profirió insultos y amenazas en árabe dirigidas a los acusados que tuvieron una reacción inmediata por parte del presidente de la sala, que lo expulsó, y por parte de la familia de los acusados que se puso muy nerviosa al escuchar estas palabras.

También M.M.S. fue desalojada de la sala una vez finalizada su declaración al despedirse de los imputados gritándoles “¡asesinos! ¡vosotros habéis matado a mi hermano y exijo justicia!”. La hermana del ‘Kimbi’ tuvo que ser atendida por los servicios sanitarios una vez fuera de la sala de vistas debido a una crisis nerviosa.

Declaración de M.M.S.

El testimonio de la hermana del fallecido se produjo en los mismos términos que los de A.A.D.: señalando a A.A.A. y M.A.A. como ‘cerebros’ de la emboscada que le costó la vida a ‘Kimbi’ a pesar de encontrarse en La Meca.

Afirma que una vez que A.A.D. y A.M.A. (imputado en el caso) acudieron a su casa a darle los nombres de los autores del asesinato acudió al juzgado y a la Comisaría a poner estos datos en conocimiento de las autoridades y que fue entonces cuando otra persona “me ofreció dinero en nombre de A.A.A. y M.A.A. a cambio de que guardase silencio”.

Igualmente, M.M.S. declaró ayer ante el tribunal que en una ocasión en que se encontró con A.A.A. en el juzgado “vino a sentarse a mi lado y me dijo que él no había tenido nada que ver y que había sido M.A.A. quien había planeado todo”.

Posteriormente, declararon el conductor del autobús de El Príncipe y dos jóvenes militares que tuvieron un accidente el día de los hechos, presuntamente, ante dos de los acusados. El juicio continúa hoy.
 

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