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OPINIÓN - MARTES, 25 DE ABRIL DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Los dineros de Marbella
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Cuentan y no paran de los dineros de Marbella. Es charla y coloquio habitual entre marbelleros, nacidos en Marbella y marbellitas, gentes de aluvión recriada en las faldas de la Sierra Blanca.

La televisión ha ilustrado mucho al pueblo acerca de las grandezas del famoso Roca, hoy entalegado, tras haber llegado a la ciudad hace unos años en alpargatas y convertirse, al parecer, por mor de sus saberes, en uno de los hombres más ricos de España. Más ricos y con peor gusto, porque todos nos hemos afanado viendo las imágenes de esas fincas con zoológicos incorporados de bichos disecados, un horror estético donde los haya. La pata de rinoceronte como paragüero, los cuernos de venado como perchero y una vulgaridad expositiva, una abundancia en plan “que no nos falte de ná” tan zafia y castroja que da hasta un poco de pena ver como ese individuo, presuntamente, que aquí todos somos presuntos, ha desbaratado los dineros en comprar unas obras de arte que, así, visto de prisa y corriendo y en la pequeña pantalla, parecían compradas a mogollón y no bajo los consejos de un experto. ¡Cuanta ordinariez!.

Pero lo que me parece más brutal es lo de la magnífica yeguada con la que contaba Roca y la noticia de que, esos fabulosos caballos van a ser puestos al servicio de la Policía para que patrulle con ellos, estupendo si dotan a los policías de los medios y las instalaciones bastantes como para albergar a tan nobles animales, de lo contrario, mejor estarían en la yeguada militar o en la Guardia Real y que, a los policías, les doten de buenas Harley Davidson que bastante se las merecen y me estoy refiriendo a la policía municipal ceutí, que es un cuerpo operativo en primerísima línea y que merece de sobra, el estar dotada como mínimo como esos cursis de los ertzaintzas o como se llamen los policías vacos, que no hay dinero bastante en el Gobierno Autonómico de ellos para comprarle más y más caprichos.

Y hablando de caprichos vuelvo a pensar en Marbella donde todo, durante tantos años, se nos ha antojado excesivo. Cierto es y nadie ahorra el mérito que Jesús Gil se encontró con un pueblo casi en ruinas y con putódromos callejeros, de hecho, los nostálgicos de la vieja Marbella parecen reducirla al Marbella Club y al Príncipe de Hohenlohe, pasando del pueblo llano, de ese pueblo llano que votó todas las veces de forma abrumadora a Gil, porque especulación inmobiliaria había a tope, pero el paseo marítimo de la ciudad era una maravilla, las plazas arboladas, los jardines, el paisajismo más exquisito llegaba hasta la más humilde de las barriadas, los promotores acudían como moscas a la miel y la ciudad daba trabajo en la construcción y en el sector servicio a todos los pueblos circundantes. Fue una especie de milagro, con sus luces y sus sombras. Pero fenecido Gil pareció llegar el desmadre, las arcas quedaron exagües, los que mandaban eran descarados y presuntamente y denle con el presunto, julandroncillos madrugadores, tipo Jose María el Tempranillo, excesivos, fardones, pura fanfarronada y pasó lo que tenía que pasar y lo que yo añoro tanto que pase en el País Vasco en el tema de las subvenciones al entorno batasunos, presos etarras, familiares de presos y desmanes varios. Siempre lo clamé dunarnte los durísimos embates del Partido Popular contra Jesús Gil que acabó muriéndose de disgustos “Esto que le hacéis al Gordo, hacedlo en el norte y se acabará el mamonéo nacionalista”.

Pero para que te lean y te atiendan tienes que estar apuntada en las listas de los pelotilleros del sistema y saber agitar con gracia el botafumeiro ante el personajillo de turno y servidora, al ser ciberderecha, vota al PP, pero como no es centrista reformista, aunque le gustaría reformar la Constitución para que apareciera consagrado constitucionalmente el derecho de los españoles a ser felices, vamos, que como eso del centrismo reformismo no es ninguna ideología que se conozca ni tiene filósofos ni pensadores, yo voy a lo mío y me alineo con los nuevos filósofos de la ciberderecha neocom, que es lo que, a nivel pensamiento, está más fashion y más de moda.

Lo que no estará nunca de moda y vuelvo a Marbella, son esos lujos excesivos del poder local, tanto trapo, tanta joya, tanta operación de estética, tanto derroche descarado y ofensivo. Porque a los marbelleros y a los marbellitas, les cuesta trabajo levantar sus sueldos y jornales, andan, como toda España, terriblemente empobrecidos por esa usura bancaria llamada eufemísticamente “hipoteca” y los excesos, tan publicitados, tan burdos, tan evidentes, tenían al pueblo con los instintos de un gato rabiando ¡Mucho han tardado en intervenir! Y ahora mucho tardarán en instruir una diligencias que parecen un catálogo de bienes materiales, aun ¡cuidadito! El Juez Instructor, pese a su juventud, es experto, es un magnífico jurista, es miajita y va en plan rottwailer jurídico, agarra un tema y no hay manera de que lo suelte. Los intereses de marbellitas y marbelleros están en buenísimas manos, los actores de la tragicomedia en prisión, el zoológico disecado clausurado, la yeguada Dios sabe donde irá y los dineros, o parte, puede que vuelvan a las arcas. Pero esa pata de rinoceronte como paragüero ¡Eso no tiene perdón de Dios! ¡Cosa más hortera!.
 

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