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SUCESOS - VIERNES, 28 DE ABRIL DE 2006


declaracion del ex delegado. nicol's.

tribunales / CASO ‘KIMBI’
 

Ex delegado del Gobierno: “Le pedí ayuda porque tenía mucha influencia entre los musulmanes”

Reconoce que se reunió con A.A.A.
para que le ayudase a acabar con la delincuencia en los barrios de mayoría musulmana porque era “respetado”
 

CEUTA
Verónica Fernández
veronicafernandez@elpueblodeceuta.com

El que fuera el delegado del Gobierno en 1999, L.V.M., compareció ayer como testigo en la quinta vista oral del juicio que se está celebrando por el asesinato del ‘Kimbi’. En su declaración el ex delegado reconoció haber mantenido una reunión con A.A.A., el principal imputado en esta causa, a finales de 1998 para que “me ayudara a acabar con la delincuencia en los barrios de mayoría musulmana porque tenía mucha influencia y era muy respetado”.

Preguntado por Jesús Zapico, defensor del imputado, sobre si en la reunión también se habló del GIL, el político negó que alguna vez hubiera intentado conseguir el apoyo del acusado para que “dirigiera a la comunidad musulmana hacia el PP y así se evitase el desembarco del GIL en la ciudad”, algo que el acusado testificó durante la primera sesión de este juicio.

Según las palabras manifestadas por este imputado, el delegado le habría dicho: “no quiero que el GIL venga aquí y no quiero ni un tiro más en Ceuta”.

El ex delegado aseguró durante su comparecencia ante el tribunal que “el Ministerio del Interior tenía una muy alta preocupación por el nivel de delincuencia y de inseguridad ciudadana” que había en Ceuta donde en dos años había habido 40 tiroteos. “La muerte de ‘Kimbi’ marcó, sin duda, un antes y un después”, señaló.

Esta última afirmación ha sido una de las que más se ha repetido entre los miembros de la Policía Nacional que han ido testificando en la sala en estos días. Según el comisario de entonces, A.V.A., ésta fue una época en la que se produjeron muchos tiroteos: “éste fue uno más pero como consecuencia de las detenciones que hubo desaparecieron las acciones violentas de las bandas organizadas pero no había ningún tipo de conspiración contra nadie”.

Esta última afirmación se refiere a la acusación realizada por varios de los imputados en la que afirmaban ser objeto de una “persecución” por parte tanto de políticos como de miembros de la Policía Nacional que también figuran en la lista de testigos que prestarán declaración en la sala.

El comisario contó que “cambiar los testimonios” era una práctica habitual entre la gente que acudía a declarar por lo que debían tomar las declaraciones de inmediato “si no lo hacíamos así a las pocas horas, por la mañana, cambiaban las versiones radicalmente”. Por este motivo, la noche de autos, envió a un inspector y a algunos agentes para tomarle declaración a A.A.D. en el mismo hospital.

Por su parte, el comisario jefe de la Brigada Operativa, F.D.M., señaló: “tengo la impresión de que con las detenciones desarticulamos a las dos principales bandas armadas de la ciudad”. A raíz de ellas, afirmó, “se redujo la criminalidad organizada en un 25% del año 1999 al 2000”.

50 millones

Apenas doce días después del asesinato del ‘Kimbi’ durante un dispositivo policial desplegado en Hadu, un joven fue arrestado en posesión de 50 millones de pesetas metidos en una bolsa de deporte. El segundo imputado, M.A.A., logró huir pero fue identificado con claridad por los agentes y fue detenido tiempo después.

Los agentes habían desplazado un coche a la zona de Hadu-Los Rosales porque habían recibido una llamada que les alertaba de que se iba a producir una entrega de dinero entre los dos principales acusados. Esos cien millones que sumarían en total, presuntamente, serían para comprar el silencio de A.A.D., víctima de los hechos y acompañante del ‘Kimbi’ la tarde de la emboscada.

Era mediodía cuando un coche ocupado por dos personas y conducido por M.A.A. bajó de Los Rosales en dirección a Hadu. Los tres policías apostados en un vehículo de camuflaje en sentido contrario dieron un giro de 180 grados y se pusieron a seguir el vehículo con algunos coches de distancia. “No se dieron cuenta de que los seguíamos en ningún momento”, coincidieron en señalar los policías nacionales.

Al torcer en una calle, ambos sospechosos se bajaron del vehículo (uno de ellos portaba una bolsa de deporte en la mano) y llamaron a una puerta. “Fue el joven que abrió quien se percató de nuestra presencia, dijo ‘brigadilla’ y cerró la puerta”. Ambos hombres volvieron a subirse al vehículo pero unos metros más adelante tuvieron que abandonarlo y huir a pie porque la calle no tenía salida para el tráfico.

M.A.A. logró huir saltando un muro aunque pudo ser identificado ya que era conocido de los agentes mientras que el joven de la bolsa de deporte fue alcanzado. Al ser inspeccionado su contenido se hallaron 50 millones de pesetas “por lo que procedimos a su detención”.

El joven no dijo nada salvo que el dinero no era suyo y, de hecho, no se sienta en el banquillo de los acusados e irá a declarar como testigo en las próximas semanas.

Este relato coincide en algunos aspectos con el prestado por el imputado el primer día aunque hay divergencias importantes. M.A.A. afirma que “el chico se subió en el mercado central y me dijo que lo llevara a Hadu y yo no sé que llevaba en el interior de la bolsa”. La versión de los agentes revela que no iba en la dirección que afirmó sino justo en la contraria, bajando de Los Rosales hacia Hadu.

El acusado asegura que dejó al chico en el mercado de Hadu, “donde su mujer tiene un puesto”, y que, al incorporarse de nuevo a la circulación, “alguien metió una pistola por la ventanilla y yo huí con el coche”.

El relato de ambas partes coincide, sin embargo, tanto en la calle en la que se meten, como en que abandona el vehículo y acaba dando esquinazo a los agentes tras saltar el muro aunque M.A.A. no menciona el incidente de la vivienda. Se sabe, además, que dicha vivienda es propiedad de A.A.A. quien, supuestamente, iba a poner los otros 50 millones para “comprar el silencio de la víctima de los hechos”.

Las vainas

La declaración de uno de los peritos de la Policía Científica que acudió a la escena del crimen aquella Nochevieja más que arrojar luz sobre el hecho ha complicado la explicación que se trata de encontrar acerca de lo que realmente sucedió.

A pesar de no ser experto en balística, el agente señaló que “recogí vainas tanto del interior como del exterior del vehículo”, un dato que podría indicar que desde el interior del vehículo también se produjeron disparos si bien otra posibilidad es que los tiros se produjeran introduciendo un arma desde el exterior.

Multado

Otro testigo que también fue multado con 200 euros por incomparecencia ante el tribunal a la hora requerida fue M.F.M.F., el cuñado del ‘Kimbi’. Una vez que hizo acto de presencia en la sala su declaración como testigo de la acusación no aportó ningún dato ya que, al igual que la supuesta novia del ‘Kimbi’ que ponía en duda siquiera que lo hubiera conocido, alegó constantemente que “no recuerdo nada”.

El testigo de la acusación había sido llamado a la sala porque, supuestamente, habría mantenido una reunión junto con su cuñada, M.M.S., con la trabajadora de un establecimiento hostelero que, presuntamente, iba a recibir dos millones de pesetas por decir que uno de los imputados, A.A.M., había estado allí comprando en el momento de producirse los hechos.

Sorprendentemente, el testigo no ratificó lo declarado en el pasado y llegó incluso a decir que no recordaba haber declarado lo que se recogía en el sumario, aunque sí reconoció su firma en los documentos. M.F.M.F. dijo ayer que no conocía a la chica con la que supuestamente había hablado del asunto y que él “siempre” se había mantenido “al margen de este asunto que llevaba mi cuñada M.M.S.”.

Además, el testigo había sido llamado a declarar por dos de los abogados de la defensa ya que, supuestamente, había dicho en el juzgado que la citada trabajadora “mentía” y que él “estaba sometido a los dictados de su cuñada que era la que lo manejaba todo”, aspectos ambos que el testigo manifestó no recordar haber dicho jamás.

Tales eran los inconvenientes planteados por este testigo, que no recordaba nada de nada a pesar de haber estado vinculado a la familia hasta su separación de la hermana del ‘Kimbi’ en el año 2003, que el presidente de la sala se vio obligado a recordarle que se hallaba bajo juramento y a hacerle una llamada al orden para que tuviera “valor cívico y declarase la verdad”. A pesar de esta advertencia, el declarante siguió afirmando que no recordaba nada y no aportó ningún otro dato a la sala.

Sumario

Antes de finalizar la vista oral, que se retomará el 8 de mayo, el presidente del tribunal, Manuel de la Hera, informó a la sala de su decisión de trasladar una copia íntegra del sumario a Cádiz “con la finalidad de evitar que haya pérdidas irreparables o no de ninguna parte del sumario”.
 

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