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SUCESOS - SÁBADO, 29 DE ABRIL DE 2006


un momento del juicio. ARCHIVO.

caso kimbi / semana de contradicciones
 

Luces y sombras en torno al
juicio sobre el ‘caso Kimbi’

La vista se reiniciará el 8 de mayo
y testificarán peritos, científica
y una amplia retahíla de nombres
relacionados en el sumario
 

CEUTA
Antonio Gómez
antoniogomez@elpueblodeceuta.com

“Quiero que sepan que me llevaré el original del sumario a Cádiz y mandaré hacer copias testimoniadas ustedes saquen sus conclusiones”, así daba por cerrada el presidente de la sala, el magistrado Manuel de la Hera, la quinta sesión del juicio que se sigue por el llamado ‘Caso Kimbi’ y que mantiene la atención informativa de los diferentes medios de comunicación ceutíes.

Las luces y las sombras marcan la dinámica de una vista oral tan enrevesada en cuanto a declaraciones contradictorias que ni el propio magistrado termina por fiarse de nada, ni de nadie. El sumario 5/2000 cuenta con 60 tomos y 1.200 folios a los que han de añadirse lo practicado en las cuatro sesiones de la vista oral.

Los silencios, las declaraciones cambiantes a lo largo de la instrucción del sumario, las pérdidas de memoria en la sala, las respuestas contundentes en algunos casos que contradicen a otras previamente realizadas en el mismo juicio, dificultan al Tribunal su actuación. Éste deberá escudriñar e hilar bien fino cuando deba dictar sentencias condenatorias o exculpatorias entre los imputados.

Cinco sesiones

Tras la celebración de las primeras cinco jornadas y, ciñéndonos al caso, varias dudas quedan en el aire en función de las declaraciones oidas en la sala. Con independencia de los argumentos descritos por los imputados sobre sus respectivas situaciones personales en el día de autos, los testimonios planteados tanto por la defensa como por la acusación complican aún más la posibilidad de probar hechos verosímiles que clarifiquen la autoría material de la muerte del apodado como ‘Kimbi’.

Contradicciones

El principal testigo de la acusación, A.A.D, asegura que acompañaba en el vehículo al ‘Kimbi’ en la noche del 31 de diciembre de 1999 y que resultó herido de bala. Afirmó que se hizo pasar por muerto y que logró ver a los que dispararon. Es más, incidió en que tras la confusión inicial “vio clara la situación”. Justo horas después, en el hospital, reconoció las caras de quienes “apretaron el gatillo”, once en total, reconociendo a quien, según su versión, dio el tiro de gracia.

En el interior del vehículo se encontraron cuatro casquillos y sangre del fallecido aunque no se halló del principal testigo quien confirmó que estaba en el interior cuando “remataron al ‘Kimbi’”. La posición del fallecido antes del tiro de gracia era la de caido hacia el testigo quien afirmó se hizo el muerto. Sin embargo, el famoso tiro de gracia que atravesó el cráneo de izquierda a derecha no impactó en A.A.D. pese a su cercanía.

El testigo principal fue herido de un solo disparo, según consta en el sumario, cuya bala atravesó ambas piernas en una trayectoria lineal y transversal.

Por otro lado dos testigos, el principal A.A.D y otro ocular, E.M.M., que se “encontró” de casualidad con uno de los pistoleros, se contradicen a la hora de aclarar cómo iban pertrechados éstos. Mientras el primero afirma que iban a cara descubierta, el segundo aseveró que estaban encapuchados (rostro tapado).

De igual modo, en tanto que el testigo principal advirtió que huyó herido de la escena del crimen hacia Los Rosales cuando acabó el tiroteo, E.M.M. afirmó ante el tribunal que tras “toparse” con uno de los pistoleros, al poco -tras dirigirse a su propio coche- se le acercó corriendo y cojeando un individuo que le pidió lo acercara hasta Los Rosales. E.M.M relató que le advirtió al herido que corriera y se fuera. En tanto, precisa y así queda reflejado en el acta, aún pudo oir varias detonaciones más.

Pero las declaraciones de nuevos testimonios (policías, familiares...) siguen dejando entrever situaciones nada claras. Por una parte los funcionarios policiales aseguran que son unos niños quienes “de forma espontánea” explican la ubicación de los “encapuchados” -con capucha pero sin tapar el rostro-. Supuestamente eran tres en unas escaleras y otros tres en las cercanías de la parada de ‘bus’. No suman -pues- once pistoleros y según los agentes en declaración ante la sala, la versión de los pequeños, por espontánea, resultaba creible. Los niños salieron huyendo tras oír alguna expresión en árabe en medio de “un ambiente hostil”.

Acusaciones directas contra los imputados se han cruzado con declaraciones que, en todo caso, enturbian el proceso que tiende a clarificar lo sucedido el 31 de diciembre de 1999.

Entre tanto, el magistrado juez, presidente de la Sala se ha llevado el sumario a Cádiz, por si acaso. ¿?
 

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